Los vecinos de la zona afectada no solo se quejan de que por allí ya no pasa el bus, sino también del pésimo estado de la carretera –que, por no tener, no tiene arcén–, de los contenedores sin tapadera. | Click

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Pedro Segura Fernández, vecino de Son Apau, una de las calles del extrarradio de sa Indioteria, se cita con nosotros en su domicilio. Al llegar, vemos que le acompañan otros vecinos, la mayoría jubilados. Son personas que tienen casas en Son Llompart, Son Olivaret, calle Cadenas, Es Forat, etc., todas pertenecientes a dicha barriada, que quedan más o menos pasado el depósito municipal de automóviles. El problema que presentan, y en el que tiene que ver Ajuntament de Palma y Consell de Mallorca, es el siguiente:

A raíz de la declaración del estado de alarma, el autobús de la EMT que llegaba hasta allí dejó de hacerlo. «La última parada, señala Segura, estaba, o mejor dicho, sigue estando, en la rotonda que hay en Sa Indioteria a la altura de la parroquia. Y desde ahí hasta aquí, hay más de cuatro kilómetros. Semanas después de la última fase de la desescalada, sigue exponiendo Segura Fernández, ante el asentimiento de sus convecinos, las cosas siguen igual».

Mayores de 60 años

«El bus da la vuelta en dicha rotonda y nosotros, entre los que, repito, hay personas entre los 60 y los 80 años, algunas con escasa movilidad, a buscarnos la vida. ¡Por supuesto que nos hemos quejado! ¿Y sabe lo que ha hecho Cort? Pues ha solucionado el problema con una aplicación de móvil a través de la cual podemos llamar a un taxi para que nos recoja y nos traiga a casa. El taxi lo paga el Ajuntament, por supuesto. Pero, hay dos problemas. Uno, que a veces el taxi tarda tiempo en pasar a recogernos, y los días que hay mucho trabajo tarda mucho más tiempo. Y dos, que siendo personas mayores como somos, sin tener idea de Internet y nuevas tecnologías, no sabemos cómo meter esa aplicación en el teléfono… Aparte de que no todos tenemos un teléfono tan moderno que permita meterla. Hemos intentado hablar con el presidente de la Empresa Municipal de Transporte (EMT) para pedirle que el autobús tiene que volver a hacer el mismo recorrido de antes del confinamiento, pero es que tampoco lo conseguimos. Cuando más, logramos hablar con un asesor, pero ahí se termina todo».

Sin asfalto, sin arcenes....

«Parece mentira, señala otro de los vecinos, que el alcalde de Palma, que presume de haber cambiado la flota de autobuses por otros mejores, permita que a un grupo de gente, entre ellos muchos ancianos, el bus les deje a cuatro kilómetros de casa. ¡No hay derecho!».

Hemos salido con ellos a la carretera, porque además de que el bus no llega hasta allí –cosa que lo delatan los hierbajos que crecen en torno a lo que fueron paradas–, quieren elevar sus protestas sobre el estado de la misma: ¡desastroso!, con el asfalto que se levanta, con matorrales que crecen a ambos lados, sin señalizar, con un arcén de apenas 15 centímetros de ancho (¡ojo!, que en esto tiene que ver el Consell de Mallorca), y con los contenedores de basura –volvemos a la responsabilidad de Cort– sin tapadera, lo que supone olores y más olores.

Algo idílico

Y esto lo tiene que saber el alcalde de Palma, quien en las redes sociales pinta la ciudad que gobierna como algo idílico y en la que todo funciona, y lo que no, lo están arreglando. Pues bien: por ahí hace meses que no ha pasado ni el jardinero, ni el conservador del mobiliario urbano, ni los de la EMT a preguntar, o a dar explicaciones de por qué no llega el autobús hasta donde siempre ha llegado.

Y para terminar, ahí le dejo una carta ‘a quien corresponda’ de una vecina del lugar. La mujer no entiende cómo el Ajuntament los puede maltratar como lo está haciendo.

Y todo esto, además, con un calor insufrible que haría insoportable una larga espera a cualquiera de los vecinos mayores. Así que esperemos que este problema se solucione con la mayor rapidez posible para que los vecinos puedan disponer de un servicio esencial que antes ya disfrutaban.