La primera de las placas para controlar el vertido en los imbornales se ha colocado este viernes en la calle Velázquez con la presencia del alcalde de Palma, José Hila, y el presidente de Emaya, Ramon Perpinyà. | Pere Bota

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Cada año se tiran entre 28 y 50 toneladas de basura por los 28.000 imbornales que hay en Palma, residuos que van a parar al mar. Con el objetivo de reducir esta cifra Emaya ha presentado este viernes la campaña «El mar comienza aquí» por la que, para empezar, se van a colocar una treintena de placas en algunos de estos imbornales en las que se recuerda la necesidad de no tirar nada ni por ellos ni en la vía pública.

La primera de estas placas se ha colocado este viernes en la calle Velázquez con la presencia del alcalde de Palma, José Hila, y el presidente de Emaya, Ramon Perpinyà.

Hila ha recordado que se trata de una campaña internacional puesta en marcha en otras ciudades y países «para concienciar a la ciudadanía de que tirar colillas o basura a los imbornales es casi lo mismo que tirarla al mar. Si queremos cuidar nuestro mar, en un momento en el que se habla tanto de sostenibilidad, hemos de empezar por no tirar nada a los imbornales de la ciudad».

Ha añadido que «vamos a fomentar una ciudad sostenible y cívica con mensajes como éste». La basura que va estos imbornales, ha insistido, «ni se recicla ni se reutilizan ni se trata».

El primer edil no ha podido precisar una cifra exacta de residuos que van a parar a los imbornales pero sí ha asegurado que son muchos los kilos de basura «que cuando llueve son arrastrados hasta estos imbornales y de ahí muchas veces van hacia el mar». Los imbornales de la ciudad se limpian todos una vez al año y en determinadas zonas cuando es necesario incluso dos.

El presidente de Emaya ha precisado un poco más y ha estimado que «la cifra de que entre 28 y 50 toneladas anuales de residuos van a parar a los imbornales es fácil que sea real».

El problema, ha explicado, es que «cuando llueve los imbornales, que son parte de la red de pluviales, recogen mucha de la porquería que queda en la calle como colillas, papeles, plásticos ...».

Por eso, ha añadido, «se quiere concienciar a los ciudadanos de que es trabajo de todos que al mar llegue solo agua limpia. Un imbornal no es una papelera y por tanto no debe ni tirarse ningún tipo de residuo sólido ni tampoco agua con de detergente u otras sustancias».