El gerente d'Urbanisme, Joan Riera, y la regidora de Model de Ciutat, Neus Truyol. | Mónica González

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La Gerencia de Urbanismo ha aprobado este martes la modificación puntual del Plan General que permite clasificar como suelo rústico todo el sector de suelo urbanizable de Son Gual I y dejar sin efecto el plan parcial aprobado en 1975. Esta aprobación inicial se produce después de que en abril de 2019 se aprobará la suspensión de la tramitación del proyecto de urbanización durante un año.

La regidora de Modelo de Ciudad, Neus Truyol, ha explicado que la desclasificación de este suelo urbanizable permite proteger un espacio natural de 60 hectáreas de garriga y sotobosque. De ese total de hectáreas, 48 son, además, declaradas zona ANEI, «por tanto Palma crece en zonas de protección natural», ha destacado la regidora. El resto se clasifican como núcleo rural, es la zona ya construida con 30 viviendas unifamiliares, que se podrán conservar.

El gerente de Urbanismo, Joan Riera, ha recordado que en la zona ahora protegida estaba prevista la construcción de unas 300 viviendas unifamiliares, según el proyecto de los años 70. Ahora el Ajuntament podrá tener estas 60 hectáreas como «reserva» para, en el marco de la revisión del Plan General, habilitar suelos residenciales en otras zonas de la ciudad que permitan cubrir las necesidades de vivienda sin que eso implique ocupar espacio natural.

Ahora mismo, ha aclarado Truyol, no hay una previsión de adónde se trasladaran esta 60 hectáreas pues «estamos estudiando dónde es más conveniente que haya más viviendas».

«De esta forma avanzamos en la renaturalizacion de la ciudad y la preservación de los espacios naturales que ya existen», ha afirmado Truyol. Lo que se hace, ha insistido la edil, «es salvar y recuperar este espacio natural y al mismo tiempo mostramos este modelo de ciudad que queremos, con un urbanismo moderno que da respuesta a los retos de la protección del medio ambiente y de tener una vivienda asequible».

Según sus palabras, con esta medida "utilizamos el urbanismo verde y apostamos por una ciudad sostenible que sea más compacta urbanísticamente con diversidad de usos y en al que las viviendas nuevas no tengan que ocupar suelo rústico sino que se generen en estos barrios donde ya hay servicios y que estén mejor conectados con el transporte público y así se reduce la movilidad obligada".

El Consistorio considera que las posibles indemnizaciones que deba pagar a los propietarios del terreno por el proyecto de urbanización, que nunca llegó a ejecutarse, son «serán mínimas y asumibles» precisamente porque «el proyecto se aprobó hace 40 años y por tanto ya han caducado los derechos que tenían de urbanización en aquella zona», según la regidora. Además «compensan absolutamente ante el gran valor que tiene este ámbito nuevo de protección», ha aseverado Truyol.