Imagen de archivo de terrazas de Santa Catalina.

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La Asociación para la Revitalización de Centros Antiguos de Palma (ARCA) y asociaciones de vecinos de Santa Catalina y sa Llotja han pedido la retirada de los toldos de los bares, «que nunca deberían de haberse permitido», porque «pueden provocar efectos indeseables» para la ciudad.

Según han aclarado en una nota de prensa, no están en contra de que existan terrazas, si bien han querido alertar de que pueden tener un efecto negativo por culpa de «una ocupación excesiva» y, por tanto, «dificultar el paso libre y amable» de la ciudadanía, además de provocar otros inconvenientes como revuelo que impiden el descanso.

Asimismo, puede influir sobre el paisaje urbano, especialmente por el efecto pantalla sobre su entorno por culpa de carteles, barandillas y toldos. «Un toldo no mejora el paisaje de la ciudad, al contrario, lo tergiversa y lo invade», han criticado.

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«Los toldos nunca tendrían que haber sido permitidos. Haber dado un plazo de 18 meses para retirarlos cuando ya hacía más de cuatro años que se había anunciado que se prohibirían demostró una prioridad a favor de los bares y un castigo al paisaje urbano», han reprochado.

En este sentido, han criticado que, llegados a este punto, en el que ya ha finalizado el plazo, y prácticamente 5 años y medio después de que se advirtiera que se prohibirían, «parece que pretenden mantenerlos ampliando los meses de permiso».

«Con todos los respetos, que Cort amplíe el plazo para retirar los toldos, nos parecería una tomadura de pelo a aquellas entidades que hemos participado e invertido nuestro tiempo en discutir una normativa que ha quedado excesivamente irrespetuosa con el cuidado de la imagen de la ciudad», han añadido .

Con todo, han reclamado que «se respete el plazo establecido para la retirada de los toldos» y que, una vez retirados los toldos, se evite que con parasoles, toldos y mamparas unidos, «se provoque un efecto pantalla igual o peor que los toldos».