El director de proyectos de Emaya, Juanjo Pieras, y el presidente de Emaya, Ramon Perpinyà. | Mónica González

TW
4

El objetivo de Emaya para el año 2029 es el 100 % del autoconsumo eléctrico tanto de esta empresa municipal como del resto de las instalaciones del Ajuntament de Palma.

Además para dentro de 10 años se quiere haber alcanzado el 100 % del autoconsumo de biogas para los vehículos de Emaya y el 25 % del autoconsumo de biogas para los vehículos de la EMT. Todo eso supondrá un ahorro económico de 11,9 millones en la factura energética del Ayuntamiento, que supone el 80 % del total de la factura actual del Consistorio; un ahorro de 96.389 toneladas de CO2 al año y de 130 toneladas de partículas al año.

Estos son los «ambiciosos objetivos» presentados este jueves por el presidente de Emaya, Ramon Perpinyà, que se quieren conseguir con la puesta en marcha de la operadora energética municipal. El proyecto, que ya fue anunciado la pasada legislatura, supone un instrumento que «permitirá avanzar el Consistorio hacía un modelo energético descentralizado, renovable eficiente y transparente», ha afirmado el edil.

La puesta en marcha de esta operadora energética, ha asegurado, «no solo es viable sino que además lo tenemos que hacer, ya no hay otra alternativa, es cuestión de supervivencia como especie en este planeta».

Así, el proyecto cuenta con tres fases. La primera son los dos próximos años en los que Emaya actuará como consumidor directo los mercados de gas y electricidad, y gestionará los excedentes de producción renovables de Emaya.

A partir del tercer año empezaría la segunda fase en la que se continuaría actuando como consumidor directo los mercados pero se empezaría a comercializar energía como medio propio del Ajuntament y entes dependientes.

La tercera y última fase comenzaría en el quinto año en el que además de actuar como consumidor directo los mercados y de comercializar energía al Ajuntament y entes dependientes se podría empezar a comercializar a terceros, hasta un 20 % de la producción.

Al respecto, el edil ha explicado que el objetivo de esta iniciativa es el autoconsumo de todas las instalaciones municipales mediante la producción de energía renovables y con ese 20 % «en ningún caso se hará competencia a los operadores tradicionales», sino que está energía sobrante podría venderse a otras administraciones o a consumidores vulnerables.

En estos momentos el consumo energético de todas las instalaciones dependientes del Ajuntament y sus empresas representa el 20 % de la factura de toda la ciudad y solo Emaya, que es el mayor consumidor municipal (el 55 % del total) supone un 11 %.

Emaya consume 80,68 gigavatios/hora por año tanto de electricidad como de diésel. Compra el 80 % de la electricidad al pool eléctrico y el 100% de la compra de diésel es externa. En cambio, actualmente la producción de energía es solo de solo 11,01 gigavatios/hora por año.

El objetivo para el año 2029 es producir 121,20 gigavatios/hora por año.

Para ello, los primeros pasos serán en 2020 la puesta en marcha de esta comercializadora energética municipal y la licitación y ejecución de la planta solar fotovoltaica en las instalaciones de Son Pacs. Para 2021 está prevista la construcción de la electrolinera solar en son Pacs y otra serie de proyectos hasta el año 2023 que suponen una inversión de 10,9 millones.

El concejal ha recordado los pasos previos dados, desde hace diez años, por la empresa municipal en la gestión y producción energética, con la construcción de la estación de cogeneración de la planta depuradora de Sant Jordi, en 2009; la planta de producción solar fotovoltaica en son Pacs, en 2014, o la planta fotovoltaica en Can Valero el año pasado.

Desde el punto de vista administrativo también ya se empezó a trabajar en 2018 en la creación de la comercializadora y en el último pleno municipal se aprobó la modificación del objeto social de Emaya a fin de poder poner en marcha esta operadora.