Imagen de los depósitos de CLH en las inmediaciones de Portopí. | Teresa Ayuga

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La Direcció General d’Energia del Govern ha adjudicado un contrato menor a una empresa que medirá una serie de indicadores, tales como los olores, que se producen con la descarga de fuel-oil en los depósitos de CLH.

Con la finalidad de que las mediciones sean lo más realistas posibles, se pondrán puntos de medida en las casas de los vecinos de Portopí.

El objetivo que se persigue es determinar cuáles son los compuestos que provocan estos olores para poder tomar las medidas necesarias y evitarlos.

Análisis de los olores

Desde la Direcció General d’Energia precisan que estos olores no están recogidos en la normativa, motivo por el que su laboratorio está obligado a analizarlos. Las mismas fuentes argumentan que como se trata de una actuación adicional ha sido necesario realizar un contrato menor a una empresa externa.

Por otra parte, cabe precisar que el director general d’Energia i Canvi Climàtic, Ferran Rosa, es el encargado de aprobar la autorización de contaminación atmosférica que pueden tener los depósitos de CLH. Uno de los elementos que se han puesto sobre la mesa para poder darles el visto bueno es que deberían implantar un mecanismo de carbono activo que controla determinadas partículas y reduce los olores. Desde la Direcció General d’Energia destacan que a partir del próximo 1 de enero tendrán que tenerlo instalado.

«En ningún momento hemos dejado solos a los vecinos. Primero se intentó adoptar medidas de cambio de funcionamiento de las instalaciones, pero como no han funcionado ahora se ha iniciado esta campaña de medición para saber de dónde vienen los olores y dar una solución definitiva a este problema», explica Rosa.

Los vecinos de Cala Major, liderados por Toni Marí, llevan años protestando por estos olores y han puesto diversas denuncias. En concreto, en el año 2017 interpusieron una por los olores relacionados con la descarga de fuel-oil. El departamento de Protecció de la Salut solicitó la ficha de datos de seguridad del producto a la compañía CLH y «se observa que el producto está catalogado como peligroso y nocivo por inhalación pudiendo producir irritaciones en el sistema respiratorio y los efectos de respirar altas concentraciones de vapor pueden ser dolor de cabeza, náusea, vértigo, visión borrosa, cansancio, temblor, convulsiones y alteraciones del sistema nervioso central». No obstante, este departamento precisa que no han recibido «ninguna notificación de los servicios asistenciales relacionada con afectados por esta causa» y se desconoce qué le llega a los vecinos.

Cort respondió que nunca ha controlado esta actividad. La Conselleria de Salut puso la denuncia en conocimiento de CLH y pidió que revisase su trabajo.