En la imagen, la terraza de La Casita del Reloj, llena, el lunes pasadas las diez de la noche. | M. À. Cañellas

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Once y media de la noche. Los restauradores de s’Escorxador, que ven que sus terrazas comienzan a llenarse ahora que ha bajado la temperatura, tienen que ir desalojando a los clientes y avisar a los que intentan sentarse de que en media hora tendrán que buscarse otro lugar para seguir consumiendo, con la pérdida de dinero y clientes que esto implica. Esta es la realidad que viven cada noche los propietarios de los bares de la zona desde que deben seguir la ordenanza municipal de terrazas.

Víctor Muñoz es el dueño del Café a Tres Bandas, local que abrió hace poco más de un año. Explica que «este año tengo a tres personas menos en plantilla que el año pasado porque trabajamos dos horas menos». Roberto Guijarro, propietario de La Casita del Reloj, explica que «cada noche tenemos a la Policía Local a las doce y media de la noche para ver si cumplimos».

CineCiutat también se ve afectado por el cierre de terrazas, según explica su programador y representante, Miguel Rigo. «Nosotros no tenemos terraza, pero hay un tipo de público que viene a tomar algo, al cine y después a cenar. Muchas veces se encuentran con que está todo cerrado al salir».

Los tres afectados aseguran que con esta norma se está desviando clientela hacia otros sitios que sí permiten terrazas hasta más tarde, como Passeig Marítim, Portopí o Fan Mallorca.

«S’Escorxador es la última terraza de Palma sin coches, donde los padres pueden estar tranquilos con el carrito del bebé, o con niños más mayores que jueguen. Además, es un espacio de ocio y cultura dirigido en gran parte a los residentes, gracias a las terrazas, el cine, la biblioteca... Si queremos fomentar este tipo de actividades, hay que ofrecer flexibilidad», explica Muñoz. «No hacemos ruido más allá que el de la conversación tranquila de la gente de la terraza», asegura Guijarro. «El año pasado cerrábamos a la una y media, y lo vemos una hora razonable», comenta.

Los afectados piden soluciones rápidas al malentendido o al menos una moratoria para trabajar adecuadamente en verano y ofrecer un servicio adecuado a los clientes de s’Escorxador.

Normativa

La normativa especifica que las terrazas deben cerrar a las 00.00 horas, y los viernes, sábados y vísperas de festivo media hora más tarde. Sin embargo, s’Escorxador es un espacio municipal gestionado por una empresa privada por lo que, a priori, no debería regirse por esta norma.