Aspecto que presentaba el embalse de Cúber a finales de mayo del año pasado, la situación actual es distinta. | PAU FIGUEROLA

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Emaya deberá recurrir, de nuevo, a la compra de agua desalada durante los meses de verano para garantizar el suministro a la población. Se comprará, por el momento, solo 1,5 hectómetros cúbicos, lo necesario para asegurar una buena gestión de todas las fuentes de abastecimiento, según confirmaron este miércoles fuentes autorizadas de la empresa municipal.

Después de más de un año sin necesidad de comprar agua –Emaya dejó de adquirir agua a Abaqua a partir de marzo del año pasado– las lluvias de la primavera no han sido suficientes y las reservas de los embalses han ido descendiendo mes a mes, tanto que actualmente se encuentran al 50,29 por ciento de su capacidad, una cifra insuficiente para afrontar con solvencia todo un verano que, además, se prevé que sea seco. Hace un año los pantanos estaban casi llenos.

La buena noticia, según se destaca desde Emaya, es que las reservas de agua subterráneas se encuentran en buen estado en estos momentos.

El agua de los embalses es fundamental para el suministro de los ciudadanos. De hecho, el año pasado fue el que más agua sacada de los pantanos consumieron los habitantes de Palma en toda la última década, hasta el 28,20 por ciento del total. No obstante, la mayor parte del agua que se distribuyó en el municipio para el consumo humano provino de los pozos, que aportaron el 52,99 por ciento del agua distribuida.

El hecho de que Emaya dejara de comprar agua a Abaqua –la Agència Balear de l’Aigua i la Qualitat Ambiental, dependiente del Govern– a partir de marzo del año pasado supuso un ahorro de casi dos millones de euros para la empresa municipal. Esto supuso que pudo reducir el déficit con el que cerró el pasado ejercicio. Emaya había previsto cinco millones para la compra de agua desalada ese año, cifra que no se tuvo que gastar de forma íntegra.

Agua tratada

Emaya adjudicará este verano las obras de un proyecto para dotar a la planta de Son Tugores de un nuevo sistema de tratamiento del agua de las fuentes que permitirá aumentar la capacidad máxima de tratamiento, que actualmente es de 500 litros por segundo (en un día se pueden tratar hasta 45.000 metros cúbicos) y pasará a ser de 900 litros por segundo (hasta un total de 80.000 m3 al día) cuando acaben.