En Miquel des Forn de sa Pelleteria, presente en La Vida Dolça. | Click

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Este jueves 28 abre sus puertas en Palma La Vida Dolça, el horno y pastelería de Joan y Miquel Pujol, hijos de en Miquel des Forn de sa Pelleteria. Ambos ya tienen otro negocio con el mismo nombre en Son Ferriol, «pero ya era hora de llegar a Palma», dice Joan.
La pastelería está concretamente en la calle Rosselló y Cazador, frente al Banc de Sang, una zona donde pronto van a ser conocidos y reconocidos por la variedad de productos y la excelente calidad de los mismos.

Miquel y Joan son la cuarta generación de panaderos y reposteros. Ya lo fueron sus bisabuelos, sus abuelos y su padre. Ellos cuentan que tras consolidarse en Son Ferriol intentaron instalarse en la zona centro de Palma, «pero en ella los alquileres son muy altos, y cuanto más en el centro estén, más prohibitivos son. Afortunadamente hemos encontrado este sitio en el que vamos a estar muy bien. Es una buena zona, no muy alejada del centro, y por lo que vemos, no hay muchos hornos ni panaderías».

Almuerzos, más adelante

Sobre la puerta principal, está el cartel. Junto al nombre y características del local, la foto de Miquel. Y en la parte alta del mismo, el recordatorio de «fills d’en Miquel des Forn de sa Pelleteria», porque La Vida Dolça acogerá la esencia panadera y repostera de aquel mítico horno.

En el interior se están dando los últimos retoques, a fin de tenerlo todo dispuesto. Entrando a la derecha está el mostrador, y detrás de él, entre otras cosas, vemos la maquina de café. Porque además de servir pan, cremadillos, ensaimadas, coca, etc. se servirán cafés y licores, además de desayunos, «y más adelante, comidas caseras».

El local permanecerá abierto entre las siete de la mañana y las siete de la tarde, y los fines de semana, de siete hasta mediodía, y contará con cinco empleados.

Tampoco saben si, como hacía su padre, asarán corderos y lechonas por encargo, «pues en sa Pelleteria el horno era de leña, y no creemos que aquí no lo podamos tener».