Imagen del bosque urbano en el canódromo de Palma. | Pere Bota

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Las obras del bosque urbano en la zona del canódromo de Palma estarán listas en el plazo previsto, por lo que para el mes de julio ya se podrá pasear por este nuevo espacio libre de la ciudad. Así lo asegura el director general de Urbanisme, Biel Horrach, y lo corroboran los técnicos que controlan los trabajos, Pere Soler y Erik Herrera.

Los trabajos realizados desde el pasado mes de julio (la obra se prevé que dure un año) han consistido básicamente en seleccionar los distintos tipos de materiales «de forma que los que eran tipo marés, que son muy porosos, se enterraron en un espacio central para generar un sistema de drenaje natural», explican los técnicos. Mientras, los que eran de hormigón y similares «se han utilizado para generar la cimentación de las zonas donde se deben construir los nuevos accesos del parque, como escaleras y rampas».

Es decir, «en lugar de sacar y crear residuos lo que se ha hecho es aprovechar todo lo posible estos materiales», añaden. A raíz de algunas críticas al respecto, recuerdan que «existe un real decreto de tratamiento de residuos que contempla esta posibilidad, la reutilización de los escombros en la misma obra, de forma que solo el exceso es el que se lleva a Son Reus para ser tratado. Es un criterio o una estrategia ecológica y si no se hubieran reutilizado estos materiales se habrían tenido que traer de fuera».

Esta primera fase de movimiento de tierras, que es la más lenta, ya está finalizada. Ahora mismo se está trabajando en la obra civil, abriendo las zanjas para la instalación del cableado para la iluminación y se irá haciendo la instalación del riego. Se ha empezado también la obra correspondiente a los muros de contención con la pavimentación de la zona de sa Riera, que es una de las pocas que estará pavimentada dentro del parque, así como la zona de las rampas de acceso.

Una vez acabada toda esta parte de infraestructuras ya se procederá a la plantación, «que al final es lo más visible y lo que todo el mundo espera pues entonces se empezará a ver el cambio», admite Horrach. Esto ocurrirá a finales de febrero o principios de marzo y entre las muchas especies arbóreas que se van a plantar destacan las encinas, pinos, algarrobos, higueras, olivos, etc., todos autóctonos.

También ha sido importante todo el derribo de la valla perimetral para la percepción del parque, algo que se tuvo que hacer con sumo cuidado por la presencia de la acequia que se va a recuperar. Se ha quitado el muro que estaba por encima de la acequia y ahora queda visible pero falta pavimentar alrededor para remarcar este cauce.