Imagen de la pintada aparecida en la casa de un empresario noruego que cuenta con cerca de una decena más en el barrio. | Jaume Morey

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Los vecinos de Son Espanyolet no pueden más con las molestias que causa en el barrio el alquiler turístico y algunos han optado por las pintadas reivindicativas. En concreto, en una vivienda de la calle Alzina número 40, dedicada al alquiler vacacional, ha aparecido una pintada que insta al propietario, un empresario de nacionalidad noruega, a que se vaya porque «en este barrio no lo queremos».

Pero el escrito en la fachada exterior de la casa no acaba ahí, sino que se asegura que «el propietario de esta casa es un prepotente, incívico, irrespetuoso, maleducado, mentiroso» y denuncia que «los políticos le dejan hacer lo que le pasa por los cojones».

Desde la Plataforma de Veïns de Son Espanyolet, que en los últimos meses ha puesto numerosas denuncias ante la Inspección Turística y ante la Policía Local por ésta y por otras viviendas, se explica que la propiedad de este inmueble cuenta con licencia para diez plazas de alquiler vacacional, «pero llegan a meter hasta 18 y 20 personas», explica Tolo Seguí, vicepresidente de esta entidad.

Las fiestas que se organizan en esta vivienda, asegura, «son con cerca de veinte personas, ruido, alcohol, música a todo volumen, sexo en la piscina, etc.», todo ello en horas en que los residentes de la zona quieren dormir para poder ir al trabajo o a clase por la mañana. Por eso lo califican de «una vergüenza y una tomadura de pelo para los vecinos».

También critican que «estamos cansados de poner denuncias y se ríen de nosotros».
Por eso, en la reunión mensual de la plataforma, celebrada este lunes, se propuso seguir combatiendo por la erradicación del alquiler turístico, «o porque, cuando menos, se normativice a la baja» y que, a la vez, se realicen inspecciones «como corresponde», informa Seguí.

En cuanto a la pintada aparecida en la calle Alzina, Seguí reconoce que «desde la plataforma no sabemos quién la ha hecho», pero deja claro que «aunque nos parezca mal que se pinte una fachada, no hay que olvidar que el derecho a protestar es un derecho constitucional».