Imagen de archivo de sepulturas en el cementerio municipal de Palma. | G. VALERO

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Despedir a los difuntos será un poco más caro a partir del 1 de enero de 2019. La Empresa Funeraria Municipal (EFM) ha actualizado sus precios a fin de adaptar sus ingresos de manera gradual a las variaciones de los costes, según explicó el gerente de la empresa, Jordi Vilà.

El gerente detalló que los servicios funerarios pueden contratarse en paquete, cuyos precios subirán un 1,75 por ciento, o por conceptos (féretro, servicios de recogida y traslado, sala de tanatorio, incineración o inhumación, ...) , que se incrementarán un 2,2 por ciento cada unos de ellos.

De esta forma, por ejemplo, el paquete integral básico para una incineración subirá de 1.752 a 1.782 euros; y para una inhumación, de 1.587,20 a 1.614,98. El paquete integral (quizá el más demando) pasará de los 2.347,40 a los 2.388,48 euro. Y el paquete superior con inhumación, creado el año pasado, subirá de los 3.435,40 a los 3.495,52 euros.

Además de la actualización de tarifas, la empresa municipal ha decidido también crear nuevos conceptos de facturación: el traslado de cadáver con caja, ya que hasta ahora se realizaban con sacos, pero en algunos casos debe realizarse con caja, como los traslados judiciales; o la tramitación de esquelas en prensa, por lo que se cobrará 20 euros, además del precio de la esquela que establece cada periódico para la inserción.

Vilà añadió que también se empezará a cobrar el uso de la sala de ceremonias en función del tiempo que se utilice, ya que hasta ahora se cobraba un precio único, tanto si se utilizaba 15 minutos como una hora. A partir de ahora por un cuarto de hora se cobrarán 123,20 euros, lo mismo que hasta ahora, pero por 60 minutos se cobrarán 200 euros.

Por último, el gerente recordó que no subirán conceptos de funeraria como los servicios de tanatopractor o el de incineración de miembros y fetos. Por otro lado, la EFM acabará el año con una deuda de cerca de siete millones de euros.

Como se recordará, el año pasado se consolidó el saneamiento de las cuentas después de que en 1997 la empresa comprara el tanatorio de Bon Sosec, una operación que llevó a que en 2007 la EFM se encontrara en situación de quiebra.