La declaración de zonas Acire ha vaciado en gran medida el centro histórico de vehículos. | Jaume Morey

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El Ayuntamiento de Manuela Carmena puso en marcha este viernes el proyecto Madrid Central, que supone el cierre del centro de la capital a la circulación rodada, excepto para residentes y sus invitados (hasta 20 al mes), transporte público, urgencias, coches de carga y descarga, personas con movilidad reducida, titulares de plazas de garaje o vehículos con etiqueta ambiental Cero Emisiones y ECO.

El concejal de Mobilitat de Palma, Joan Ferrer, que precisamente este viernes estaba en Madrid, calificó de «muy acertada» esta medida que, aseguró, «es lo que tenemos en Palma con los Acire». Explicó que «lo que ha hecho Carmena es un Acire enorme, porque había algunos pero no cubrían todo el centro y estaban desconectados entre sí, pero es el mismo modelo». La diferencia, detalló el edil, es que el objetivo del Pacte con la ampliación de las zonas Acire en prácticamente todo el centro histórico en 2016 «fue reducir la congestión de tráfico». En cambio, «en Madrid se pretende bajar el tráfico y los índices de contaminación, que son más que alarmantes, algo que no pasa en Palma».

Por su parte, el PP se opuso a medidas como ‘Madrid Central’ y opinó que lo que debería hacer Cort es dar prioridad a la mejora de los accesos y el transporte público. «Los palmesanos sufren cada día un problema grave en los accesos a la ciudad. Este gobierno, con sus medidas en contra del coche, ha empeorado claramente la movilidad de Palma y ha aumentado el tráfico rodado», denunció la portavoz del PP, Margalida Durán.

El portavoz de Ciudadanos, Josep Lluís Bauzà, consideró que «cada ciudad debe ir desarrollando sus planes conforme decidan sus vecinos. Palma sabrá decidir en su momento».

El presidente de la Federació d’Associacions de Veïns de Palma, Joan Forteza, por su parte, apoyó la medida y pidió a Cort que vaya más allá con la peatonalización de todo el centro. Al respecto, Ferrer admitió que «peatonalizar todo el centro no tiene ningún sentido, sí lo tienen las medidas pacificación del tráfico y de restricción. En el centro viven residentes y tiene que seguir siendo para ellos».

En cambio, desde la Federació de Veïnats de sa Ciutat de Palma, Miquel Obrador, declaró que «los cierres de los centros históricos son una ruina para muchos negocios pequeños y en Madrid pasará». Por tanto, se mostró más a favor de «regularizar el tráfico y aplicar la ley más que de restringir».