El presidente del Gobierno. | Reuters - SUSANA VERA

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La Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) lo tiene claro. Si existe una palabra definitoria de este 2023 ha sido el término 'polarización', y es por ello su palabra del año en la edición que concluye gracias a su «gran presencia en medios de comunicación y a la evolución de significado». Parar el choque de trenes y la polarización de los dos grandes bloques en los que se divide la escena política en España debe ser una de las intenciones preferentes, uno de los grandes retos de cara al nuevo año.

La entidad, muy útil para periodistas y todo aquel profesional y particular interesado en el buen uso del idioma, destaca que esta 'polarización' se ha extendido últimamente para aludir a situaciones en las que hay dos opiniones o actividades muy definidas y distanciadas, en referencia a los polos, en ocasiones con las ideas implícitas de crispación y confrontación. La alta tensión entre dos bandos antagonistas puede verse aplicada a la política y al ámbito ideológico, pero también resulta relevante en otros campos como el mundo deportivo, el debate en las plataformas digitales y, en general, a cualquier escenario en el que sea habitual el desacuerdo.

En cuanto a la política nacional, esa polarización lo condiciona todo. Veamos, por ejemplo, la renovación del CGPJ, uno de los grandes temas de discusión que parecen abonados al enfrentamiento y cuya senda debe empezar a vislumbrarse de forma más nítida en este 2024. Recordemos que, tras cinco años de bloqueo y caducidad del Poder Judicial en nuestro país, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, acordaron retomar las negociaciones con este fin con una novedad: la intervención de la Comisión Europea.

En anteriores ocasiones el comisario de Justicia, el belga Didier Reynders, ya ha puesto énfasis en la necesaria renovación del Poder Judicial en España, una materia pendiente que ha aparecido de forma recurrente en la memoria jurídica anual de la propia Comisión, y que ha causado preocupación en las esferas comunitarias, asociándola a defectos del sistema e igualándola a la persecución a los derechos de las personas LGTBI en Estados miembro como Polonia o Hungría. No solo es una cuestión de prestigio; este bloqueo ha podido hacer peligrar la llegada de fondos comunitarios.

En casa el último punto de desencuentro se halla en Pamplona y atañe de forma directa a la convivencia. El paso dado por el PSOE sumándose a la moción de censura de EH Bildu para desbancar a la alcaldesa de UPN ha centrado la conversación en las fechas más recientes. Mientras la derecha navarra y española ha censurado el pacto de socialistas y abertzales, aludiendo por enésima vez a las víctimas del terrorismo de ETA, el partido socialista de Navarra ha amparado en el inmovilismo del anterior consistorio y la esperanza en un nuevo tiempo político el sorpresivo viraje de planteamiento.

Joseba Asiron (EH Bildu), alcalde de Pamplona al ganar la moción de censura a UPN
El nuevo alcalde de Pamplona, de Bildu, tras su nombramiento. Foto: Efe.

Si hablamos de polarización política, tarde o temprano hablaremos de legitimidad y antes o después saldrá Vox a colación. Del partido de Santiago Abascal cabe retomar las declaraciones surgidas cuando conocimos que Sánchez y Feijóo trabajarán, junto a la Comisión, para renovar la composición de los vocales del órgano de gobierno de los jueces en España. «Si Sánchez está atacando al Estado de Derecho y a la igualdad de los españoles ante la ley, no cabe reunirse con él ni dirigirse a él en ningún otro sitio que no sea la tribuna del Congreso o los juzgados», zanjaron entonces.

El año 2024 se antoja duro en lo político, y Vox no está solo frente al Gobierno de coalición progresista. En Madrid Isabel Díaz Ayuso centra sus apariciones en los medios en la crítica nacional, como vimos con el recordado exabrupto de la fruta. El comentado insulto al presidente del Gobierno desde la tribuna de invitados del Congreso de los Diputados siguió a la mención de Sánchez en la tribuna de oradores a las actividades empresariales del hermano de la presidenta madrileña en tiempos pandémicos.

Almeida y Ayuso firma acuerdo para la atención a las personas dependientes
Ayuso, con la portada antigua que plasma un asesinato de ETA. Foto: Efe.

Pero lo de exacerbar el tono y llevarlo todo al terreno personal no es solo cosa de Vox y el PP más desacomplejado. La escena no se encuentra segmentada solo en la derecha, la izquierda se ha atomizado y un Podemos más 'peleón' que nunca puede complicarle el panorama al Gobierno de coalición de PSOE y Sumar, habida cuenta que los cinco diputados morados forman parte de la mayoría parlamentaria en que este se sustenta. Todo ello lo veremos este nuevo año en juego, articulado alrededor de las grandes citas electorales que se presentan en nuestro territorio, desde las elecciones gallegas, pasando por las vascas y quien sabe si también las catalanas.

Y qué otros grandes temas en clave nacional descubriremos en 2024 dando unos pasitos y alejándonos del ruido político. La cuestión económica es siempre crucial. En esta ocasión el Gobierno de coalición ha planteado la necesaria retirada de ayudas y medidas para paliar el impacto económico de la inflación a raíz de la guerra en Ucrania y más recientemente en Oriente Medio. Se trata de un requerimiento de las autoridades europeas, que piden focalizar los subsidios en aquellas personas y colectivos especialmente vulnerables. Pero ¿cómo reaccionarán ante este reajuste las familias y las empresas españolas?

No hay que olvidar que en los últimos tiempos el gasto doméstico, incluido el endeudamiento, ha estimulado el consumo y por tanto el crecimiento de la economía española, que por fin ha dejado atrás los rigores de la pandemia de Covid. Así ha pasado con el turismo, ya recuperado de los tiempos difíciles que arrancaron en 2020 con el confinamiento, y de hecho el Estado español ha mostrado mejores datos que sus socios europeos tanto en crecimiento como en inflación. La pregunta pertinente es pues qué sucederá en clave económica si las ayudas menguan, el consumo interno se congela y el mercado laboral se resiente.

Combatir la lacra de la violencia machista y avanzar en la erradicación de un fenómeno que se ha llevado por delante este 2023 a decenas de vidas de mujeres y menores resume otro de los grandes retos reservados a este 2024. Los datos del Gobierno de España muestran la trayectoria completada en esta cuestión, y todo lo que queda por delante por recorrer. Si en el año 2003 la estadística oficial recogió un total de 71 homicidios catalogados como violencia de género, en 2022 se registraron 50, lo que supone un descenso del 29,57 por ciento. Hasta noviembre de 2023, el número de mujeres asesinadas asciendió a 53, superando así el número de mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas en España justo un año antes.

Reparto de agua en camiones cisterna en Pozoblanco
Reparto de agua en camiones en una localidad cordobesa con problemas de abastecimiento. Foto: Efe.

Finalmente, los retos medioambientales aluden más que nunca a un país como el nuestro, situado en el sur de Europa y por tanto más expuesto que otros a los rigores de la sequía y el cambio climático. Baleares no está exenta de esta preocupación, al contrario, tras un otoño poco prolífico en precipitaciones en comparación con otras temporadas y las reservas de los embalses de la Serra de Tramuntana a un tercio de su capacidad total. El levante peninsular sufre en su propia piel estos rigores, e incluso Cataluña vive una carestía de lluvias histórica que ya lleva a las autoridades regionales a tomar medidas.

Con este panorama se impone como imprescindible un cambio de óptica, tal y como refrendó recientemente la vicepresidenta Tercera del Gobierno y Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, quien en declaraciones al prestigioso medio británico The Guardian y sobre el futuro del Parque Nacional de Doñana (Huelva) subrayó que «hay más futuro que las fresas y las frambuesas. Y de todos modos, si no se cuida el agua, no habrá más fresas ni frambuesas. Creo que este cambio de mentalidad necesita una comprensión muy clara», añadió la ministra sobre uno de los desafíos más acuciantes.