Fachada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Puebla de Sanabria (Zamora) donde se ha suspendido finalmente el juicio rápido contra el presidente de la Diputacion de Ourense. | Efe - Mariam A. Montesinos

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El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Puebla de Sanabria (Zamora) se reserva la posibilidad de imponer las sanciones que correspondan tras la nueva suspensión, la segunda ya esta semana, del juicio rápido contra el presidente de la Diputación de Ourense, del Partido Popular, Manuel Baltar, por un presunto delito contra la seguridad vial tras ser 'cazado' al volante de un coche oficial a 215 kilómetros por hora.

El juicio por estos hechos ya se suspendió el pasado martes por la incomparecencia del abogado del político, que el día anterior pretendió que la juez lo suspendiera, sin éxito, alegando que tenía un señalamiento previo, y este jueves ha ocurrido otro tanto tras recibir ahora la juez un escrito del procurador del presidente de la Diputación de Ourense en el que volvía a reclamar la suspensión de la vista señalada y manifestaba su voluntad de no comparecer en el día de hoy. Por tanto, el juicio rápido previsto no ha podido celebrarse, si bien, tras lo ocurrido, el Juzgado volverá a efectuar un nuevo señalamiento, reservándose la posibilidad de imponer las sanciones que correspondan, según la información del Gabinete de Prensa del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León recogida por Europa Press.

El dirigente «popular» fue multado con 600 euros -300 por pronto pago- y le fueron retirados seis puntos del carné de conducir, si bien a la vía administrativa se suma ahora la penal al haber excedido, presuntamente, en 84 kilómetros el límite de la vía, tal y como establece el atestado de la Guardia Civil, que aplica un margen de error del 5 por ciento en este caso al haber sido 'pillado' Baltar en el coche oficial por un radar fijo.

El artículo 379 señala que el delito contra la seguridad vial está castigado con pena de prisión de tres a seis meses o con la multa de seis a doce meses o con trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, y, en cualquier caso, con la privación del derecho de conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a 1 y hasta 4 años. Días después de lo ocurrido, Manuel Baltar, al frente de la Diputación ourensana desde 2012, pidió disculpas y lo atribuyó «un despiste acontecido en una larga recta de la A-52, sin referencias de ningún tipo» y aseguró ser la primera persona en lamentar las consecuencias de una situación dolorosa para él, «derivada de un error aislado pero que no es, desde luego, adecuada».

Hasta el momento su propio partido, a través de la secretaria general del PPdeG, Paula Prado, ha evitado avanzar si le serán exigidas responsabilidades políticas en caso de resultar condenado por un delito contra la seguridad vial debido a su exceso de velocidad, y todo ello tras abogar por no adelantarse a «ninguna decisión judicial» y para evitar hacer «juicios paralelos».

En el lado opuesto se han posicionado, entre otros, distintos dirigentes políticos ourensanos, como el portavoz del PSOE en la Diputación, Ignacio Gómez, quien una vez reconocido que la vía política por la multa al presidente provincial está «agotada», una vez que sus «jefes» lo avalan y no le instan a dimitir, advirtió de que los socialistas «no van a parar aquí» y avanzó que lo «intentarán» en la vía judicial por el uso del parque móvil de la institución provincial para fines particulares.

En la misma línea se manifestó el portavoz del BNG, Bernardo Varela, quien lamentó que «hay un uso espurio» de un vehículo público por parte del presidente en lo que calificó como «un síntoma de cómo se maneja esta provincia con un presidente que entiende que el Pazo Provincial es su cortejo privado». Hasta la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, se hizo eco de lo ocurrido durante una visita a Ourense para apoyar al candidato de la formación morada, Toño Naval, que lidera la candidatura de confluencia en la ciudad para la cita electoral del 28 de mayo, al apuntar que «hay cientos de razones para sacar a Baltar de las instituciones».