El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska (d), charla con la ministra de Igualdad, Irene Montero, este jueves en el Senado. | Efe

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El choque de Podemos con sus socios socialistas y con Yolanda Díaz, esta vez por la revisión de condenas al entrar en vigor la ley del solo sí es sí, que puede ser el más grave por sus consecuencias, complica la viabilidad del Gobierno de coalición a seis meses de la primera cita electoral de 2023, y las posibilidades de pacto entre Sumar y los morados.

Cuando aún no se han cerrado otros frentes que Podemos tiene abiertos tanto en su relación con el PSOE como con la vicepresidenta segunda, la cuerda vuelve a tensarse a raíz de los efectos perniciosos que la aplicación de la ley de libertad sexual ha tenido en algunos casos. Las acusaciones de la ministra Irene Montero y otros dirigentes morados, que tachan a los jueces de «machistas» -«fachas con toga» ha llegado a afirmar uno de los portavoces del partido-, no han sido compartidas por la parte socialista del Gobierno, incómoda ante ese cuestionamiento de los tribunales que conforman el tercer poder del Estado.

Tampoco han tenido el respaldo de otros significados perfiles del espacio a la izquierda del PSOE ni de los socios habituales del Ejecutivo, como son ERC, EH Bildu, Más País o el PNV. Yolanda Díaz guarda silencio, igual que hasta ahora han hecho el ministro de IU, Alberto Garzón, obviando la polémica, y el titular de Universidades, Joan Subirats, que se ha limitado a pedir prudencia. Es seguro que ese silencio no ha caído muy bien a los morados, que ya se quejaban de que Díaz estaba construyendo su proyecto Sumar al margen de Podemos.

Con ello, si no le ponen mucha voluntad, la brecha abierta desde que Pablo Iglesias le pidió publica y repetidamente a la ministra de Trabajo que respetase a Podemos no tiene visos de cerrarse en breve, más bien al contrario. Los de Podemos sí han salido en tromba a defender con rotundidad la ley de Irene Montero. Ione Belarra, Victoria Rosell, Pablo Echenique, Iglesias y Monedero se han multiplicado en las redes sociales y los medios de comunicación con el afán de defender que no hay «ninguna laguna» en la ley, nada que corregir, porque el problema es la «justicia patriarcal» y el «sesgo machista» de algunos jueces. «Fórmense, señores jueces, fórmense», clamaba la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez.

Ese tipo de mensajes se ha repetido como un mantra en el espacio de Podemos, que saca toda la artillería para defender la gestión de Montero, de quien estos días han destacado su perfil más electoralista, coincidiendo precisamente con estas últimas tiranteces que tienen con Yolanda Díaz. Mientras tanto, hasta tres asociaciones judiciales pedían la dimisión de la ministra de Igualdad por sus críticas. Y en esa línea se ha situado también el conocido como «el juez de Podemos», Juan Pedro Yllanes, hoy vicepresidente del Gobierno balear, que ha salido en defensa de sus compañeros jueces. «Puedo garantizar que no hay ni un solo juez ni una sola jueza en España al que le pueda resultar satisfactorio rebajar la condena de un abusador o de un agresor sexual (...), eso es absolutamente impensable», afirmaba.

Otro jurista, como el profesor de Derecho Constitucional Joaquín Urias, a quien algunos situaron como candidato de Yolanda Díaz para el Consejo General del Poder Judicial, abría otro punto de vista incómodo para un partido que se reivindica como el más representativo de la izquierda. «Los jueces tienen la obligación de elegir la interpretación de la ley más favorable al reo. Lo tienen que hacer. Más allá, exigir constantemente penas más altas para todo, es un disparate. La libertad sexual de la mujer se protege más si la ley es mejor, no si es más dura».

Cierto es que en ese espacio de la izquierda debe rechinar también que puedan caer ahora en un «populismo punitivo» que siempre habían achacado a la derecha, y aún más que se tilde de machismo la aplicación de un principio básico del derecho penal y el sistema de garantías, como es que se debe aplicar al reo la ley que le sea más favorable.

Pero en ese fondo, de momento, Podemos no ha entrado a explicarse porque detrás de todo vuelven a ver una persecución. Según la actual secretaria general de Podemos, Ione Belarra, este debate está más bien centrado en «el desprestigio mediático a los avances feministas y de Igualdad», que son una de las principales banderas de su partido. Pablo Echenique vuelve a denunciar una campaña «de la derecha judicial y mediática» contra los avances feministas y contra Montero e Iglesias, y alza la voz contra lo que llama «una derecha judicial golpista». En esas están mientras el calendario avanza hacia las dos citas electorales del año que viene; Podemos se va replegando sobre sí mismo, distanciándose más del PSOE y reivindicándose con más fuerza ante Yolanda Díaz.