La princesa Leonor (d) entrega un galardón al dramaturgo Juan Mayorga (i). | Efe

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Los Reyes de España, la Princesa de Asturias, la Infanta Sofía y la Reina emérita han llegado al Teatro Campoamor, en Oviedo, en medio del sonido de cientos de gaitas y los aplausos del público a Don Felipe, a Doña Letizia, a la Princesa Leonor, la Infanta Sofía y la Reina emérita Sofía, que han sido recibidos por las autoridades. Durante todo el recorrido desde el Hotel de la Reconquista hasta el teatro, cientos de ciudadanos se han congregado para saludar a la Familia Real y los galardonados de esta edición. Mientras, en la Plaza de la Escandalera y separados del resto del público por unas vallas, se han escuchado de los abucheos, silbidos y gritos de protesta de decenas de personas que se concentraban en contra de los Premios Princesa.

Agentes de la Policía Nacional han impedido el acceso de los manifestantes más allá de esta zona, aunque facilitaba el paso a las personas que querían acceder a la parte más cercana de La Escandalera al Teatro Campoamor para ver la llegada de la Familia Real desde las vallas. En este sentido, el presidente de la Fundación Princesa de Asturias, Luis Fernández-Vega, ha elogiado este viernes el papel de la institución que preside. «Es un instrumento extraordinario, potente y vivo para construir un mundo mejor desde Asturias y desde España», ha dicho. Fernández-Vega se ha pronunciado en estos términos en lo que ha supuesto su último discurso como presidente de la Fundación en la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias, tras cuatro años al frente de la institución.

Le sustituirá en el cargo a partir del mes de diciembre la catedrática de Economía Financiera y rectora de Cunef Universidad, Ana Isabel Fernández Álvarez, que fue nombrada por el Patronato el día 19 de este mes. En su discurso, ha reconocido Fernández -Vega que la de este viernes está llena de «intensas emociones» precisamente en el final de su etapa como presidente. La Fundación Princesa de Asturias, ha insistido, es una institución «ejemplar». Ha comentado que ha estado muy unido a ella desde sus comienzos y lo ha podido confirmar durante sus años de mandato.

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Uno de los galardonados ha sido el dramaturgo español Juan Mayorga, quien ha aprovechado su discurso para rendir un homenaje al teatro. En una intervención cargada de referencias al pasado y a su relación «íntima y apasionada» con las letras, Mayorga ha dicho que siempre ha encontrado en los teatros «un lugar de respeto» y de «compañía».

Mayorga ha recibido el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2022 en una ceremonia presidida por los Reyes de España con la presencia de la Princesa de Asturias y de la Infanta doña Sofía. Ha recordado Mayorga que cuando fue por primera vez al teatro supo que «en un escenario cabía el mundo». También ha puesto en valor la «emoción» que sentía al ir a unos teatros en los que encontraba un lugar en el que le respetaban. «La forma mayor del respeto es esperar algo bueno del otro, y yo iba hacia allí donde esperaban que me atreviese a escuchar, a pensar, a recordar a imaginar», ha explicado.

Por su parte, el periodista polaco Adam Michnik, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, ha pedido respeto para los opositores a Vladímir Putin porque «son ellos los que defienden el honor de Rusia». Durante su discurso en la ceremonia de entrega de los galardones en el Teatro Campoamor de Oviedo, Michnik ha incidido en la defensa de dos valores imprescindibles de la democracia: la libertad y la verdad.

«Hoy, estos valores se ven de nuevo amenazados por la criminal agresión del régimen de Putin contra Ucrania», ha dicho, remarcando que «la guerra del régimen de Putin contra Ucrania es en realidad una guerra contra todo el mundo democrático». El reconocido periodista hizo referencia a las «espantosas imágenes de saqueos, violaciones, torturas y asesinatos, perpetrados por el ejército de Putin en Ucrania». No obstante, quiso matizar que «Putin no es Rusia». «Por eso queremos recordar a aquellos rusos que se oponen a esta barbarie bélica y manifiestan abiertamente su oposición. Son ellos los que defienden el honor de Rusia, como lo hicieron en su día Sájarov y Solzhenitsyn; como Thomas Mann defendió el honor de Alemania durante los años del apocalipsis nazi», apuntilló.