Imagen de una de las principales zonas turísticas de Sevilla. | Raúl Caro

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Los andaluces tienen una cita con las urnas el próximo 19 de junio y se trata de la primera vez que se celebran unas elecciones autonómicas con un gobierno de derechas en el Palacio de San Telmo (sede del gobierno andaluz). Además, las encuestas dan como claro favorito al líder del PP en Andalucía, Juanma Moreno Bonilla. Cabe destacar que el CIS le da una amplia victoria a los populares y los sitúa al borde de sumar más que toda la izquierda junta. En concreto, la encuesta publicada a dos semanas de los comicios le dio el 35,6% de los votos (15 más que hace tres años y medio), diez puntos de ventaja sobre el PSOE y entre 47 y 49 escaños. Ante este escenario, cabe preguntarse si Andalucía, que hasta ahora había sido un feudo socialista, ha virado a la derecha. Los socialistas sólo han perdido unas elecciones autonómicas, las del año 2012 que ganó el PP liderado por Javier Arenas, pero no logró gobernar. El PSOE siempre había estado en San Telmo desde que se instauró la democracia y no fue desalojado hasta enero de 2019.

El catedrático de Geografía Humana de la UIB, Pere Salvà, señala que una de las claves que explican la derechización de los andaluces es que cuenta con una población más envejecida que la de otras regiones, como Baleares. Así, el 58 % de los residentes en Andalucía tienen más de 40 años; de ellos, el 18 % tienen más de 65 años. La edad hace que las personas se vuelvan más conservadoras a la hora de votar. En este punto, precisa que Andalucía siempre ha sido un feudo socialista, ya que muchas personas mayores identificaban al PP con el franquismo. Sin embargo, muchas de ellas ya han fallecido y otras han perdido el miedo al PP tras tres años y medio de gobierno.

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Otro de los motivos que atribuye Salvà al cambio de voto es el descontento con las políticas socialistas, ya que tras 41 años en el poder el PSOE no ha logrado descender de manera significativa los altos índices de paro. A su modo de ver, los candidatos también tienen mucho que ver y el hecho de que Moreno Bonilla sea un político tranquilo, que se presenta sin estridencias, puede haber animado a algunos electores socialistas a cambiar de voto. También influye el hecho de que Juan Espadas, el candidato del PSOE, es poco conocido. La división de la izquierda, algo que viene de lejos, tampoco ayuda a los intereses socialistas. El catedrático de la UIB apunta que si se presentasen juntos no estarían tan lejos de los votos obtenidos por el PP.

¿Cómo se explica el fenómeno de Vox?

El Parlamento andaluz fue el primero en el que logró entrar Vox y su aspiración en esta ocasión es formar gobierno con el PP; los populares insisten en constituir un gobierno en solitario y han avanzado que repetirán las elecciones antes que sellar un pacto de gobierno con el partido liderado por Macarena Olona. Salvà explica el amplio apoyo de Vox porque logran votos tanto del «capital como del proletariado, que no creen en el PSOE». A su modo de ver, el resto de partidos «se equivocan si aíslan a Vox. Son un reducto importante de gente que no ha visto una política clara de la derecha y piden orden. Además, apunta que se trata de personas que apuestan por una España unida, más que lo está la de las autonomías.