La reina Letizia se protege con gafas y mascarilla de la tormenta de arena registrada, durante su visita a un proyecto de huertos urbanos financiado por la cooperación española, este jueves en Nuakchot, en el último día de su viaje a Mauritania. | Chema Moya

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En medio de una intensa tormenta de arena, la reina Letizia puso fin a su viaje de dos días a Mauritania tras visitar un proyecto de huertos en medio del desierto en los que colabora la Cooperación española, donde fue testigo de las difíciles condiciones de unos de los países más pobres del mundo. Protegida por gafas y mascarilla ante el vendaval, doña Letizia conoció cómo se pueden cultivar productos como tomates, lechugas o calabacines con riego por goteo en un terreno yermo de diez hectáreas situado en la periferia de la capital, Nuakchot. El proyecto, financiado por la UE y ejecutado por España, permite a unas 130 familias con pocos recursos disponer de parcelas de 650 metros cuadrados para alimentarse y poder ganarse la vida con la venta de las hortalizas. Como deferencia por su visita, el centro agrícola ha sido bautizado con el nombre de «Reina Letizia» y en pocos meses dará su primera cosecha.

La esposa de Felipe VI se acercó a algunas de las agricultoras para conocer cómo plantan las semillas, aunque tuvo que recortar su recorrido por la intensidad de la tormenta de arena. Desde los huertos, se desplazó de nuevo a Nuakchot para conocer otra iniciativa apadrinada por España para crear el primer centro de emergencias en el país magrebí, encaminado a mejorar la asistencia prehospitalaria, aumentar el número de ambulancias y formar a enfermeros y médicos. El proyecto, que cuenta con la ayuda técnica del servicio de emergencias de Madrid (Samur), se centra por ahora en la capital, aunque a largo plazo se quiere extender a las principales ciudades del país para beneficiar a 1,8 millones de habitantes, casi la mitad de la población total.

La reina Letizia visita un proyecto de huertos urbanos en Mauritania

La estimación el Ministerio de Salud mauritano es que las primeras ambulancias presten servicio a partir de octubre. «Es un plazo muy corto, porque partimos de cero. Tenemos mucho trabajo, pero ya se ha creado la estructura», señaló el jefe de Calidad Asistencial e Investigación de Samur, Ervigio Corral, presente en la visita de la reina. La agenda de doña Letizia se completó con la visita junto a la esposa del presidente mauritano, Mariem Fadel Dah, al Centro Zayed, dedicado a la atención de niños autistas y que la primera dama de Mauritania ha impulsado por estar muy sensibilizado con el asunto al tener un hijo con este trastorno. Doña Letizia, embajadora de Unicef, aceptó la invitación de su anfitriona de recorrer las instalaciones del centro, donde charló con algunos de los niños a los que atiende. De ahí se desplazaron al palacio presidencial, donde la primera dama despidió a doña Letizia con un almuerzo, al que se sumó la secretaria de Estado española de Cooperación Internacional, Pilar Cancela. Como balance del viaje, Cancela valoró la aportación de la reina, a la que definió como «la cooperante insigne» de España.

«Gracias a ella, se visualiza muchísimo más. Es una gran oportunidad. Ella cree en la cooperación española», destacó la secretaria de Estado. Cancela elogió la labor que España desarrolla en Mauritania desde 1995: «Estábamos aquí cuando había inestabilidad política y estamos ahora cuando hay estabilidad democrática. Estábamos aquí cuando había acciones terroristas y ahora que no hay terrorismo seguimos estando. Son 30 años de permanencia y de compromiso con el país mediante una cooperación dialogada y empática». Hace más de una década, Mauritania era uno de los países desde los que más cayucos con inmigrantes irregulares zarpaban rumbo a Canarias, un fenómeno que ahora prácticamente se ha erradicado. Según Cancela, a ello ha contribuido que un buen número de los proyectos en los que trabaja España, como el que visitó ayer, miércoles, la reina de formación de pescadores, tiene como fin crear oportunidades de empleo en un país donde el 44 por ciento de la población tiene menos de 15 años. «Hay que buscar oportunidades de vida para que la gente no se vaya y que ellos se apropien de los proyectos. La cooperación española no hace proyectos para decir que son nuestros. Somos solidarios y asumimos los valores de compartir y combatir la pobreza. Nuestra cooperación es el baluarte de como es España», añadió la responsable de la cooperación.