El uso de la mascarilla seguirá siendo obligatorio en algunos espacios como el transporte público.

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El uso de la mascarilla dejará de ser obligatorio en espacios interiores el próximo 20 de abril, justo después de las fiestas de Semana Santa, según se ha sabido este miércoles. Sin embargo, esta decisión contempla algunas excepciones. El último informe de 'Posicionamiento de la Ponencia de Alertas, Planes de Preparación y Respuesta sobre el uso de mascarillas en espacios interiores' destaca la necesidad de que el uso de la protección facial sólo sea obligatorio para trabajadores y visitantes de centros asistenciales y personas ingresadas cuando estén en espacios compartidos fuera de su habitación o en centros sociosanitarios; y en el transporte público.

Asimismo, aconseja no utilizar la mascarilla por parte de los alumnos en el ámbito escolar y realizar un uso responsable de la misma entre la población vulnerable en cualquier situación en la que tenga contacto prolongado con personas a distancia menor de 1,5 metros; y profesores con factores de vulnerabilidad. En el ámbito laboral, donde su uso quedará a expensas de cada empresa, la ponencia aconseja utilizar la mascarilla siempre que el trabajo deba realizarse a distancia interpersonal de menos de 1,5 metros y no pueda garantizarse la ventilación adecuada del espacio; y en el entorno familiar, las reuniones de amigos y celebraciones privadas. Finalmente, recomienda su uso en espacios cerrados de uso público en los que las personas transitan como los comercios (centros comerciales, supermercados o pequeño comercio); espacios cerrados en los que las personas permanecen tiempo sin comer ni beber (cines, teatros, salas de conciertos y museos) y en espacios cerrados en los que las personas permanecen un tiempo comiendo y bebiendo (bares, restaurantes y locales de ocio nocturno).

Esta medida se aprobará en el Consejo de Ministros, que se celebrará el día 19 de abril y, posteriormente, entrará en vigor tras su publicación en el BOE, prevista para el 20 de ese mismo mes. La eliminación de esta restricción supone poner fin a la última medida no farmacológica que quedaba vigente tras dos años de pandemia.

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La adopción de esta decisión ha suscitado mucha polémica, ya que no había acuerdo entre las comunidades autónomas que integran el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. En este sentido, algunos presidentes autonómicos eran partidarios de eliminarla antes de la Semana Santa con la finalidad de contribuir a la reactivación del turismo. En este sentido, Baleares ya había anunciado que está preparada para la retirada de la protección facial antes de Semana Santa. La consellera de Salut, Patricia Gómez, ha manifestado esta semana que «las mascarillas han evitado muchos contagios pero también es normal que, socialmente, la gente esté cansada». En las Islas, la hospitalización por COVID-19 es estable con 83 personas en planta y 20 en UCI, «pero hay que estar sobre aviso porque hay muchos contagios, todos tenemos a gente infectada alrededor». Sin embargo, otras regiones eran partidarias de esperar a que pasasen los días de fiesta.

Entre los expertos tampoco había una posición unánime sobre este asunto. El especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, Joan Carles March, era partidario de esperar a que baje la incidencia acumulada. No obstante, sí ve positivo que se haya esperado para hacerlo a después de la Semana Santa. A su modo de ver, se «debería haber comenzado primero con los escolares, valorarlo en función de resultados y luego avanzar». El epidemiólogo Maties Torrent siempre ha defendido que se debería esperar a que mejorase el tiempo para quitar esta restricción. «El 19 de abril es después de Semana Santa y esperemos que el tiempos haya mejorado definitivamente », sostiene. Además, añade que es muy importante que haya una buena ventilación, así como que se siga utilizando la protección facial cuando se tenga cualquier síntoma respiratorio.

Por su parte, al virólogo y profesor de la Autónoma de Madrid, José Antonio López Guerrero, considera que se trata de una medida aceptable y le parece acertado haber esperado a retirar la mascarilla a que haya pasado la Semana Santa. «Insistir en que dejamos de estar bajo la tutela del Gobierno, pero la falta de obligatoriedad de llevar la mascarilla nunca será una obligación de no llevarla. Por lo tanto, nuestra responsabilidad será seguir llevándola en aquellos entornos en los que consideremos que puede ser beneficioso». En este sentido, sostiene que incluso en exteriores es conveniente llevarla si hay aglomeraciones, como grandes eventos deportivos.