Imagen de recurso. | Pixabay

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A partir de ahora, coger el móvil mientras se conduce supondrá una multa de 200 euros y una retirada de 6 puntos del carnet. Desde el 1 de enero de este 2022, han entrado en vigor las nuevas normas de tráfico de la DGT. Una normativa que ha originado una serie de dudas como, por ejemplo, si se puede usar el móvil en un semáforo en rojo o si está permitido consultar los dispositivos de navegación como el GPS. Con la anterior normativa, utilizar el móvil mientras se conducía suponía la pérdida de tres puntos, al estar tipificada como «infracción leve». Ahora pasa a ser considerada una «infracción grave». La DGT justifica este endurecimiento porque «la cuarta parte de los accidentes están causados por una conducción distraída o por falta de atención». Según calcula la organización, se tarda una media de 20 segundos en responder a un WhatsApp. Un lapso de tiempo que parece poco, pero que, al volante puede suponer recorrer a ciegas 330 metros si vamos a apenas 60km/h.

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En la nueva normativa se detalla que se prohíbe «mientras se conduce, usar un móvil sin manos libres, leer o enviar mensajes o utilizar auriculares (aunque solo sea uno) es motivo de sanción. También el uso manual de navegadores u otros dispositivos electrónicos». Por tanto, solo se puede utilizar el móvil cuando el coche está inmovilizado. En el caso de encontrarnos parados en un semáforo en rojo se considera una detención. Para la DGT el coche no está inmovilizado por completo, solo parado a la espera de reanudar la marcha en breves. Así, utilizar el móvil en un semáforo en rojo también será motivo de multa. Nada más y nada menos que 200 euros y 6 puntos del carnet. Del mismo modo, tampoco se permite utilizar dispositivos de navegación como los GPS.

Desde 2016 las distracciones al volante son la primera causa de los accidentes mortales, según datos de la DGT. Una fecha que coincide con la masificación del uso de móviles y demás aparatos electrónicos en el coche. Con este endurecimiento de las sanciones, el Gobierno trata de contener el aumento de accidentes de tráfico. Solo el año pasado, en 2021, 1.004 personas murieron en las carreteras españolas.