Concentración ante la Subdelegación del Gobierno a favor de la libertad y la independencia del Sahara Occidental, en Alicante. | MORELL

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El cambio de postura del Gobierno de Pedro Sánchez sobre el Sáhara Occidental al asumir la propuesta de autonomía presentada en 2007 por Marruecos no sólo ha molestado a sus socios de Unidas Podemos, sino que ha causado también desconcierto en una parte del PSOE, ya que el partido ha apoyado históricamente el derecho de autodeterminación de la excolonia española. Hace justo una semana Marruecos dio a conocer una carta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al rey Mohamed VI en la que afirma que España considera la propuesta de autonomía presentada en 2007 por Rabat para el Sáhara Occidental como «la base más seria, creíble y realista para la resolución» del conflicto. Este cambio de postura ha sorprendido y molestado a la oposición, así como a Unidas Podemos, socio del PSOE en el Gobierno de coalición, y a una parte de los socialistas.

El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, contactó a lo largo del fin de semana con líderes autonómicos del partido para explicar el posicionamiento del Gobierno y tratar de aclarar las dudas generadas. Hasta ahora España se había mostrado a favor de una solución consensuada entre las partes y conforme a las resoluciones de la ONU, una visión compartida por la inmensa mayoría de los partidos políticos, incluido el PSOE, partidario además del derecho de autodeterminación del Sáhara. Sin embargo, a lo largo de estos días dirigentes socialistas del Gobierno y del partido han negado que haya habido cambios desde 2008 en la posición respecto a la antigua colonia española, anexionada por Marruecos en 1975 tras traspasar su frontera con la llamada Marcha Verde.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, dijo en su comparecencia el miércoles en la comisión del ramo en el Congreso de los Diputados que lo que se busca es «una solución aceptable en el marco de Naciones Unidas». El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que dará más explicaciones sobre el Sáhara el próximo miércoles durante una comparecencia en el pleno del Congreso tras la presión recibida por parte del resto de grupos parlamentarios, ha dicho que lo expresado en la carta dirigida a Marruecos va en la línea de la postura mantenida por anteriores gobiernos de PSOE y PP. También el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha defendido que no hay novedades respecto al Sáhara y que la carta enviada por Sánchez no es más que una confirmación «formal» del camino abierto por su Ejecutivo en 2008.

VOCES CRÍTICAS EN EL PSOE

No obstante, Zapatero no llegó a asumir la propuesta de Marruecos y tras conocer el plan de autonomía para el Sáhara en 2007 se limitó a comentar que era una «buena oportunidad» para reactivar el diálogo entre las partes y encontrar una solución definitiva. De ahí la sorpresa por el cambio de rumbo que algunos socialistas reconocen en privado y que en determinados casos asumen con resignación, conscientes de la necesidad de poner fin a un conflicto encallado desde hace cerca de medio siglo. Otros socialistas, sorprendidos también por la nueva postura del Gobierno, lamentan la falta de explicaciones claras y muestran inquietud por las consecuencias que este giro pueda tener en la relación con Argelia, país aliado del Sáhara y principal suministrador de gas para España.

Los hay que han expresado públicamente su contrariedad, como el diputado socialista Odón Elorza, que en un artículo lamentó la «cesión a las pretensiones de Marruecos» y el «abandono» de la causa «justa» del Sáhara por parte del PSOE. Sin llegar a mencionar al Gobierno, la presidenta de Baleares, la socialista Francina Armengol, escribió en un tuit que el pueblo saharaui «se merece vivir en paz y libertad», mientras que el portavoz de su Ejecutivo, Iago Negueruela, ha pedido recientemente explicaciones claras sobre «qué significa» la estrategia de apoyo a Marruecos en su plan de autonomía del Sáhara. Otra voz discordante ha sido la del exministro socialista de Administraciones Públicas Jordi Sevilla, que cree que es «evidente» que ha habido un cambio de posición respecto al Sáhara y opina que el Gobierno «debería haberlo hecho de otra manera».

LA EVOLUCIÓN DE LA POSTURA DEL PSOE SOBRE EL SÁHARA

Fuentes de la Ejecutiva Federal del PSOE niegan que haya habido revuelo interno tras la carta enviada por Sánchez a Marruecos y señalan que las posturas críticas dentro del partido son muy puntuales. Estas mismas fuentes reconocen sin embargo diferencias respecto al programa presentado para las elecciones generales de abril de 2019, donde el PSOE abogaba por solucionar el conflicto «a través del cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas, que garantizan el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui».

Desde el inicio de la democracia, el PSOE ha abordado la cuestión del Sáhara en casi todos sus programas electorales y ha incluido la defensa de la autodeterminación de la excolonia española en una buena parte de ellos. De hecho, la mención a la autodeterminación aparece en los programas electorales para las generales de abril de 2019 y los de los años 2016, 2015, 2011 y 2008, todos ellos posteriores a la presentación del plan de autonomía de Marruecos en 2007. Previamente, en los programas electorales de 1996, 1993 y 1986, el PSOE defiende más concretamente la celebración de un referéndum de autodeterminación para que los saharauis decidan su futuro, como llegó a defender la ONU. En el caso de las resoluciones formuladas recientemente por el PSOE en sus congresos federales, la palabra autodeterminación figura en los cónclaves de 2008 y 2012, pero no en el del pasado mes de octubre, actualmente en vigor y que es más genérico.

En concreto, el PSOE expresa en este texto su determinación a seguir «defendiendo todos los esfuerzos para encontrar una solución entre las partes en el marco de las negociaciones dirigidas por la ONU, las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y los principios de la Carta de las Naciones Unidas». Más allá de la controversia sobre el Sáhara, el Gobierno da por inaugurada una nueva etapa con Marruecos tras un acuerdo que, según Sánchez, garantiza la integridad territorial de ambos países y sienta las bases para una relación «mucho más sólida» en seguridad, movilidad e inmigración.