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El presidente del PP, Pablo Casado, ha dado un paso más este lunes y se ha lanzado al cuerpo a cuerpo con los barones del partido, que reclaman su dimisión tras la guerra abierta debido al caso de supuesto espionaje a la familia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. De momento, no habrá dimisiones y el comité de dirección se ha limitado a convocar a la junta directiva del partido, que podría ser el paso previo a la celebración de un congreso extraordinario, que podría celebrarse al finales de marzo. Con esta jugada, el presidente del Partido Popular pretende ganar tiempo.

Aunque en política todo puede pasar, este podría ser el suicidio político de Casado, ya que se espera que los barones del partido sean muy críticos con el líder de los populares. Aunque no lo ha dicho explícitamente, el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, si ha dado a entender que Casado tiene que tomar la última decisión que le queda: la dimisión. El gallego, que se postula como el sucesor natural, ha llegado a un acuerdo con Ayuso y con el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. No obstante, algunas voces ven en Moreno como el 'tapado' para hacerse con las riendas del partido porque siempre se ha rumoreado que el gallego tiene fotos comprometedoras, motivo por el que, según se dice, no dio un paso al frente cuando se fue Mariano Rajoy.

Casado se resiste a marcharse y se ha atrincherado en Génova, donde el pasado domingo protestaron unos 3.500 personas pidiendo la dimisión del presidente del PP y su secretario general, Teodoro García Egea. De momento, ambos se resisten a dimitir aunque todo el mundo sabe que están muy cuestionados. Este lunes incluso se ha roto en dos el comité de dirección, donde sólo hay afines al presidente, y la dirección ha tenido que llamar a Génova a personas que sí respaldan a la cúpula para que hiciesen declaraciones a su favor a la salida; la sede (que Casado anunció que vendería para poner fin a la corrupción) estaba llena de periodistas.

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El PP está abierto en canal, con Vox amenazando con el sorpasso. También se está hablando de una nueva escisión en el partido: liderada por Ayuso, acompañada por desencantados como Cayetana Álvarez de Toledo. Los populares también temen que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pudiese aprovechar para convocar elecciones anticipadas, ahora que el PP está totalmente descabezado.

Sin lugar a dudas, no están siendo días fáciles para Casado, que siempre ha sido un líder cuestionado. Cabe recordar que ha perdido dos elecciones generales y su labor de oposición ha estado caracterizada por los 'bandazos'. Así, se ha posicionado tanto como hombre de estado, negándose a apoyar una moción de censura presentada por Vox a Pedro Sánchez; al tiempo que también se ha mostrado como un líder radical acusando al Gobierno de hacer una mala gestión de los fondos europeos para superar la pandemia, lo que le ha costado la reprimenda de las propias instituciones europeas.

Sin embargo, la arrolladora victoria de Isabel Díaz Ayuso, en las elecciones del pasado 4 de mayo en la Comunidad de Madrid, le permitieron tomar aire y Casado se vio como el nuevo inquilino de la Moncloa. Su fiel escudero, Teodro García Egea, trazó la hoja de ruta, con un único objetivo: convertir a Casado en presidente del Gobierno, aunque ello le llevase a tomar decisiones equivocadas, como adelantar las elecciones autonómicas en Castilla y León. El propio Aznar le recriminó en un mitin electoral que no tuviese proyecto, hundiendo aún más el liderazgo de Casado, que se ha limitado a actos de pequeño formato en la campaña electoral, muchos de ellos rodeados de animales. El resultado electoral le dio una pírrica victoria, que lo ha puesto en manos de Vox si quiere mantener el gobierno de Castilla y León.