Imagen de la nueva colada en La Palma que se adentra en el mar en la playa de Los Guirres. | Luismi Ortiz/UME

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Los científicos que siguen la evolución del volcán de La Palma están pendientes de si el incremento de la sismicidad profunda y la emisión de dióxido de azufre (SO2), que anteayer arrojó un valor de entre 31.000 y 43.000 toneladas, es un repunte puntual –una fase más o menos transitoria– o rompe la tendencia decreciente que venía mostrando. Francisco Prieto, portavoz del comité de dirección del Plan de Emergencia Volcánica de Canarias (Pevolca), habló de «un pequeño repunte» en dos de las variables que permiten analizar el estado de salud del proceso eruptivo y reseñó que desde hace tiempo vienen avisando de esta posibilidad. María José Blanco, portavoz del comité científico, anotó que desde hace semanas vienen advirtiendo de la probable ocurrencia de terremotos sentidos y añadió que dentro de una fase de «estabilidad» el sistema tiene capacidad de reajustes que pueden provocar esta sismicidad «bastante grande en número y magnitudes».

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En cuanto a la evolución de las coladas, Francisco Prieto indicó que la lava sigue rellenando y haciendo crecer en superficie la número 2, la que ha llegado hasta el mar en los Guirres y agregó que probablemente acabe habiendo un relleno entre las coladas 1 y 9 en los próximos días. Mientras los científicos continúan estudiando la evolución de la erupción, las administraciones siguen estudiando cómo devolver la conectividad en esta zona, cuyas vías de comunicación se han visto afectadas. La colada que ayer llegó al mar en Los Guirres impide el acceso a los agricultores y trabajadores a las fincas del barrio de La Bombilla. Un barco de la Armada colaborará en el transporte marítimo de agricultores a sus fincas de plátanos para que puedan realizar labores de mantenimiento, debido a los cortes de carretera provocados por el volcán.