Comparecencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tras la reunión mantenida con el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, en el Palacio de La Moncloa. | Youtube: Europa Press

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La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, considera que «España está secuestrada en manos de minorías que la odian y nos recuerdan cada día que quieren acabar con ella» y ha criticado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por dejarse «humillar, despedazar y hundir» por los nacionalismos.

En la rueda de prensa celebrada en el Palacio de la Moncloa tras reunirse con Sánchez, Ayuso ha preguntado al presidente «cuánto cuesta el chantaje independentista, si va a dejarse engañar por ellos y si va a permitir que roben España a los españoles».

Ayuso ha advertido de que el «proyecto de resentimiento y odio» del nacionalismo «está cogiendo una velocidad de vértigo», y de que la «inaceptable» situación de Cataluña «se repetirá inminentemente» en otras regiones como el País Vasco, Navarra, la Comunidad Valenciana o Baleares.

El nacionalismo, ha añadido, «es un lobo hambriento que no va a parar», y por ello augura que «nos vamos a lamentar muchos años por haberles dado tantas alas a los independentistas».

Mientras tanto Sánchez, a ojos de Ayuso, muestra «un exceso de confianza» hacia las pretensiones independentistas, pues ve «insensato» pensar que se detendrán a base de hacerles «más guiños» o darles «más dinero».

«Ni Madrid ni ningún otro territorio pueden seguir dejándose pisar por aquellos que odian a España, por minorías que, bajo consignas racistas y bajo motivos económicos y políticos, están secuestrando a nuestra nación», ha insistido.

Todo esto deriva, ha dicho, hacia «una España que no conocíamos y que nadie pedía». «Vamos abocados a un cambio, hacia un régimen, hacia algo diferente, no sé si es un estado federal, desconozco cuáles son los planes», ha declarado.

Por otro lado, ha defendido que a un presidente autonómico «no sólo le debe importar su terruño», porque entiende el Estado como «una gran casa» donde el Gobierno es «el padre» pero a todos incumbe «todo lo que ocurre en las habitaciones».

Y ha lamentado, ahora mismo, que se esté sustituyendo «la unidad y solidaridad interterritorial» por el «fomento de nuevas identidades por regiones, por sexos y hasta por ámbitos»