El ensayo requiere dos dosis de vacuna. | Manuel Bruque

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El Servicio Vasco de Salud-Osakidetza se ha convertido en el primer centro reclutador de participantes de toda Europa para el ensayo de la vacuna de la farmacéutica alemana Curevac contra la covid.

La consejera de Salud del Gobierno Vasco, Gotzone Sagardui, se ha reunido este lunes con los directores científicos de Biocruces Bizkaia y de Biodonostia, Luis Castaño y Julio Arrizabalaga, respectivamente, así como con las investigadoras que lideran en Euskadi el estudio de la vacuna.

Durante la reunión, se han detallado los pormenores del ensayo que se está realizando en los institutos de investigación sanitaria de Osakidetza, que han alcanzado el volumen de participantes previstos en el ensayo clínico internacional para probar la efectividad y seguridad del preparado.

El ensayo, que comenzó el 8 de febrero en Euskadi, no ha tenido problemas en conseguir el objetivo de 2.000 participantes gracias, sobre todo, a la «generosidad» de la ciudadanía que se ha ofrecido voluntaria, ha informado el Departamento de Salud.

De hecho, Osakidetza se ha convertido en el primer centro reclutador de Europa gracias a la labor de sus institutos de investigación sanitaria, y Euskadi aporta dos de los tres centros que han sido seleccionados en España (el tercero es de la Comunidad de Madrid).
El ensayo de Curevac es un ensayo clínico de gran magnitud en el que participan más de 30.000 voluntarios en todo el mundo.

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En Euskadi están participando algo más de 2.000 personas mayores de 18 años que han sido distribuidas de forma aleatoria en un grupo que recibe la vacuna y en otro al que se le suministra un placebo.

Ni el participante ni los profesionales encargados de la recogida de datos y el seguimiento conocen el grupo al que pertenece cada sujeto.

El ensayo requiere dos dosis de vacuna administradas con 28 días de margen. Como la vacunación comenzó el 8 de febrero, la segunda dosis comenzó a suministrarse el pasado 8 de marzo.

Los participantes recibirán un seguimiento de hasta un año con visitas médicas y llamadas telefónicas, además del acceso a una aplicación móvil que facilitará el registro de la información.

A los tres y a los seis meses se realizarán análisis intermedios que, en función de los resultados, podrían acelerar la aprobación del uso de la vacuna, como ha ocurrido con algunas de las ya comercializadas.