La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. | Efe

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, relegará a la sucesora de Pablo Iglesias en el Ejecutivo, Yolanda Díaz, a la Vicepresidencia Tercera a cambio de que pueda mantener sus competencias como ministra de Trabajo, lo que la situará en el organigrama por debajo de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño.

Sánchez había ofrecido a Iglesias en una reunión mantenida este martes que Díaz no ostentase como él la Vicepresidencia Segunda, un extremo que según Podemos es una cuestión formal y no afecta al acuerdo global de gobierno que recogía que ocuparían dicha Vicepresidencia Segunda.

Así, subrayan fuentes gubernamentales, Ione Belarra asumirá el Ministerio de Derechos Sociales, con las mismas competencias que tenía Iglesias, y Yolanda Díaz mantiene el Ministerio de Trabajo y será vicepresidenta.

Para Díaz, que será la cabeza visible de la coalición de Iglesias en el Gobierno, lo importante no era «ser el número dos o el número tres», sino continuar con el trabajo del día a día para sacar adelante sus políticas.

Fuentes socialistas del Gobierno han explicado que la sorpresiva salida de Iglesias para presentarse a los comicios en la Comunidad de Madrid deja paso a una ministra que ha mantenido en los últimos meses una muy buena disposición al entendimiento y, al margen de que habrá posturas distintas, confían en que será menos beligerante y se aminorarán las tensiones.

Antes de conocerse el futuro nombramiento, el presidente del Gobierno y su todavía vicepresidente segundo han mantenido una reunión en la que han constatado, a falta de algunos detalles, el acuerdo entre ambos ante los cambios derivados de la salida del Ejecutivo del líder de Unidas Podemos.

«Ambos consideran que hay acuerdo en los cambios que deben acometerse y solamente falta rematar algunos detalles en base al acuerdo de coalición», se ha informado desde el Palacio de la Moncloa después de que ayer Iglesias revelase su intención de promover a Díaz y también a Ione Belarra como ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030.

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En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la portavoz, María Jesús Montero, ya había avanzado, al plantearle si el nombramiento de Díaz en sustitución del líder de Podemos podría llevar aparejado que fuera ella la que presidiera la Comisión Delegada de Asuntos Económicos en vez de Nadia Calviño, que en ningún momento se había planteado ese cambio.

Esa circunstancia casa con la decisión de situar a Díaz por debajo de Calviño, una ministra, además, con quien Díaz ha mantenido desencuentros y con quien Unidas Podemos no guarda buena relación.

Fuentes socialistas, de hecho, apuntaban que chocaría el hecho de que Calviño estuviera en la tercera vicepresidencia, pero fuera ella la presidenta de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos si una de sus integrantes ocupa una vicepresidencia superior.

Además, la vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que ha comparecido en la rueda de prensa junto a Montero, sí ha apostillado que en la actualidad había un equipo con cuatro vicepresidencias, de las que una es de carácter político, otra social, una tercera económica y otra ambiental. Y ha apostado por mantener ese modelo. «Un perfil de una vicepresidencia social respondería perfectamente a la estructura actual», ha dicho, otorgando de esta forma la plena responsabilidad económica a la vicepresidencia de Calviño y dejando para Unidas Podemos, como hasta ahora, la de carácter social.

En la parte socialista del Gobierno atribuyen a Díaz un perfil que, al menos de momento, ha sido más proclive al entendimiento que en el caso de Iglesias, cuyo estilo opinan que se ha basado en fijarse más en los desencuentros que en los logros y externalizar los conflictos al entender que así iba a revalorizar el trabajo del su partido.

Lo que está por ver es qué papel desempeñará ahora Iglesias desde fuera del Gobierno, pero la ministra portavoz ha apuntado hoy que no esperan modificaciones en la hoja de ruta del Gobierno de coalición y que existirá continuidad.

También ha negado Montero que con la salida de Iglesias peligre el horizonte de intentar agotar la legislatura y ha dicho que, por el contrario, los socios del Gobierno están más convencidos que nunca de que deben seguir caminando juntos. «No esperamos ninguna relación distinta a la mantenida hasta la fecha», ha reiterado.

Respecto a la posibilidad de que el aún vicepresidente segundo tuviera intención de regresar al Gobierno, Montero ha señalado que ella sólo tiene constancia de su decisión de abandonar el Ejecutivo y que entiende que la habrá reflexionado.