El exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras. | Susanna Sáez

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La justicia ha encerrado de nuevo en segundo grado en la cárcel de Lledoners al exvicepresidente del Govern Oriol Junqueras, los exconsellers Jordi Turull, Raül Romeva y Josep Rull, si bien este último, hospitalizado, no ha vuelto a la prisión, así como a los Jordis, en una decisión que ha indignado de nuevo al independentismo.

Seis de los presos del procés -Junqueras, Jordi Sànchez, Jordi Turull, Joaquim Forn, Raül Romeva y Jordi Cuixart, han vuelto este martes por la noche a la cárcel de Lledoners tras la revocación del tercer grado, entre apelaciones a la «unidad» y a «no rendirse».

Apenas horas después de que el Parlamento Europeo aprobara levantar la inmunidad a los eurodiputados de JxCat Carles Puigdemont, Antoni Comín y Clara Ponsatí, lo que permitirá al Supremo reactivar las euroórdenes, la justicia ha asestado otro revés al soberanismo al estimar el recurso de la Fiscalía que pedía revocar a los presos del procés el tercer grado que la Generalitat les otorgó en vísperas de la campaña del 14F.

Los líderes independentistas internos en la cárcel de Lledoners, quienes hasta ahora acudían a prisión solo a dormir de lunes a jueves, vuelen a sus celdas ya en segundo grado penitenciario, con lo que únicamente podrán disfrutar de 36 días de permiso al año y -si se les concede- de salidas entre semana para trabajar o hacer voluntariado en virtud del artículo 100.2.

En los próximos días, el juzgado de vigilancia penitenciaria del que dependen las cárceles de Puig de les Basses y Wad Ras, donde cumplen condena la expresidenta del Parlament Carme Forcadell y la exconsellera Dolors Bassa, deberán pronunciarse sobre su tercer grado, que la Fiscalía también recurrió.

En su auto, el juez de vigilancia número 5 de Cataluña, que ejerce de suplente, se desmarca de la decisión del titular del juzgado, que en julio del año pasado avaló el tercer grado que la Generalitat concedió a los presos de Lledoners pero se lo suspendió a la espera de que se pronunciara el Supremo, que acabó por revocarlo el pasado mes de diciembre.

El magistrado, que en su resolución se remite a los argumentos que esgrimió el Supremo para tumbar el régimen abierto, considera que es «prematuro» y «precipitado» conceder la semilibertad a los presos del procés, sin que haya transcurrido «tiempo suficiente para que el tratamiento penitenciario produzca sus efectos» y advierte de que los reclusos asumen los hechos que cometieron, pero no que fueran delictivos.

Decenas de personas se han concentrado a las puertas de la cárcel para protestar por la decisión del juzgado de vigilancia penitenciaria de revocar el tercer grado que la Generalitat concedió a Junqueras, Turull, Rull, Romeva y Forn y 'los Jordis'.

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Todos ellos han reingresado sobre las 21.00 horas de este martes, salvo Josep Rull, que tenía una «operación programada» y que, según fuentes de JxCat, debe permanecer hospitalizado unos días.

El acto junto a la cárcel de Lledoners ha sido organizado por Òmnium Cultural, que ha instalado un escenario con una lona en la que se leía «Amnistía. Hagámonos libres», entre gritos de «unidad», «independencia» y «no estáis solos» por parte de los concentrados.

En su breve intervención, Junqueras ha denunciado la actitud del Estado: «Si nos encierran es porque no nos pueden ganar en las urnas, nos tienen miedo porque cada día somos más fuertes». «No nos rendiremos, no nos cansaremos, no abandonaremos nunca», ha proclamado Junqueras, que ha llamado a «hacer realidad una Cataluña independiente».

Más allá de la movilización convocada por Òmnium a las puertas de la cárcel de Lledoners, la ANC ha impulsado movilizaciones en diferentes puntos de Cataluña, entre ellos la avenida Meridiana de Barcelona, donde se han concentrado decenas de personas.

Al conocerse la decisión de revocar el tercer grado penitenciario, la portavoz del Govern, Meritxell Budó, acusó al Ejecutivo de Pedro Sánchez de «hablar de diálogo y negociación» para resolver el conflicto catalán y, a la vez, practicar la «venganza» contra los líderes del procés, como lo demuestran, a su parecer, tanto la revocación del tercer grado como la votación del Parlamento Europeo para levantar la inmunidad a Puigdemont.

«No es justicia, es venganza», ha recalcado Budó, que ha cuestionado la utilidad de la mesa de diálogo sobre Cataluña que pactaron ERC y el PSOE y que, ha recordado, «hace más de un año que no se reúne».

El vicepresidente del Govern en funciones, Pere Aragonès, ha dicho que «es una medida que aleja la solución política» y evidencia que cuando los problemas políticos «se dejan en manos del Código Penal» no hacen más que «enquistarse» y «alejar la solución».

Por su parte, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha advertido al Gobierno de Pedro Sánchez de que su grupo es imprescindible «para la gobernabilidad o no de este país» y que empieza a cansarse de que no haga nada en favor del diálogo en Cataluña: «harta, y tanto va el cántaro a la fuente...».