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Cada año se incorporan al mercado laboral miles de nuevos profesionales, cada vez más formados y especializados. Eso sin tener en cuenta todos los perfiles que se reciclan y se reinventan para adaptarse a las nuevas demandas de empleo del mercado.

Al final, las dudas giran siempre en torno a lo mismo: ¿cuáles son los trabajos del futuro? ¿Qué profesiones serán las que tengan más salidas el próximo año? ¿Qué perfiles buscarán las empresas? Son las eternas preguntas que se hace todo aquel que ingresa en el mercado laboral.

Lamentablemente, la crisis sanitaria también afectará a la manera de responderlas este 2021. Es evidente que la situación mundial ha creado un nuevo paradigma empresarial. El mundo paró por un momento y cuando volvió a girar lo hizo de manera distinta, por lo que hoy más que nunca debemos adaptarnos a su nuevo ritmo.

Un ritmo que, en muchos casos, lo marca el teletrabajo. Un término que hemos oído tantas veces en 2020 que hasta fue una de las candidatas a ser la palabra del año -y del que probablemente seguiremos oyendo hablar durante mucho, mucho tiempo-.

Y si algo nos ha enseñado esta crisis es que la tecnología es uno de los motores de la sociedad actual. La tecnología ha permitido que muchos mantuvieran sus empleos, que pudiéramos estar conectados cuando no podíamos vernos, que nos sintiéramos acompañados en todo momento. Por eso el sector tecnológico va a jugar un papel esencial en lo que al mercado laboral se refiere este 2021.

Ángel Pardillos, director del área People Transformation en Hiberus y experto en estrategia y capacitación tecnológica, opina que, además de su tremenda capacidad para facilitar la innovación, la tecnología “es clave para crear empleo estable y de calidad, mejorar la sostenibilidad y el medio ambiente, potenciar la educación, mejorar los servicios a la sociedad, facilitar el acceso a la información y la comunicación, contribuir a una sociedad del conocimiento más inclusiva y, en definitiva, incrementar el confort y el bienestar de las personas”.

Si el sector TIC crece, el resto de los sectores también lo harán, y aquellas empresas que no incorporen la tecnología en sus estrategias tendrán dificultades añadidas para poder sobrevivir en la economía actual y competir en mercados cada vez más globalizados”, añade.

En función de cada empresa, actividad y sector, la transformación digital tenderá hacia unas u otras tecnologías, subraya. Cloud computing, internet de las cosas -IoT-, inteligencia artificial -IA-, machine learning, automatización, robótica, big data, blockchain, realidad virtual y realidad aumentada, soluciones TIC de gestión empresarial -ERP, CRM…-, ecommerce, virtualización de sistemas IT y aplicaciones y muchas otras.

Durante décadas, apunta, los sistemas de planificación de recursos empresariales -ERP- “han mantenido vivas las funciones de la oficina, las operaciones en marcha y los bienes y servicios funcionando en cualquier empresa”. Pero “el mundo está cambiando” y, ahora, tecnologías emergentes como la IA, el IoT, los asistentes virtuales, el uso del blockchain o el machine learning “son herramientas indispensables”.

Gatner, a través del informe Top Strategic Technology Trends for 2021, vaticina las tecnologías que considera serán las grandes tendencias en el ámbito de las TIC en 2021. Se trata de conceptos que, aseguran sus analistas, “están dejando de ser emergentes para adoptarse de forma más masiva y que alcanzarán su punto de inflexión en los próximos cinco años”. Estas tendencias son:

Como decimos, existe un nuevo orden mundial y en él han nacido muchas innovaciones, fruto del ingenio, la investigación y la invención. Toda esta vorágine de savia nueva lleva pareja también la aparición de nuevos perfiles profesiones o, al menos, el aumento en popularidad de algunos que ya estaban. Veamos qué tendencias tecnológicas marcarán las ofertas de empleo este 2021.

Basándose en este análisis, el director del área People Transformation en Hiberus identifica varias áreas que van a ganar peso:

Desde su experiencia, asegura que esto no es posible sin los ingredientes adecuados, entre ellos destaca: tener una formación de calidad, poseer competencias demostrables internacionalmente, desarrollar tecnologías propias, trabajar con implicación empresarial y pública, apostar por la especialización laboral continua y hacer un acercamiento educativo a la realidad laboral.