Pasajeros del crucero Costa Deliziosa que ha atracado esta mañana en el puerto de Barcelona, son trasladados en autocar. | Quique Garcia

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Un total de 168 cruceristas han desembarcado este lunes en el puerto de Barcelona tras haber pasado más de un mes sin pisar tierra, ya que la emergencia sanitaria y las restricciones derivadas de la COVID-19 los mantenían a bordo y sin posibilidad de descender del navío.

Según ha informado la Delegación del Gobierno en Cataluña, el Ejecutivo ha coordinando este lunes esta operación, que ha comenzado a primera hora de la mañana para permitir finalmente desembarcar a 168 pasajeros que llevaban navegando en el crucero Costa Deliziosa desde principios de año y no tocaban tierra firme desde el pasado 14 de marzo, cuando estuvieron en Australia.

El desembarco ha sido posible gracias a una autorización especial del Ministerio de Sanidad, que exceptúa al buque de la prohibición general de atraque en puertos españoles y ha dispuesto controles sanitarios para garantizar la seguridad de la operación.
Además de pasajeros españoles, entre ellos también mallorquines, también han bajado ciudadanos portugueses y franceses, a los que ya se han ofrecido diversos medios de transporte para poder llegar a sus respectivos países desde el puerto marítimo hasta sus hogares.

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El resto del pasaje, cuyo destino final era Venecia (Italia), seguirá rumbo a Génova, donde esperan llegar el 21 de abril por la tarde, un día antes de que comience el desembarco del resto de los pasajeros de otras nacionalidades, incluidos los italianos.
Desde dicha ciudad y debido a las restricciones de viaje impuestas para contener la propagación y el contagio del coronavirus, la compañía ha organizado el transporte hasta los distintos países de residencia.

El buque, en el que navegaban 1.814 turistas y 898 miembros de la tripulación, tenía previsto realizar una escala en Francia para que pudieran desembarcar algunos pasajeros, pero ante al negativa de las autoridades galas -según la compañía Costa Cruceros-, les han ofrecido bajar en Barcelona y trasladarlos a Montpellier o continuar hacia Génova.

El buque zarpó a principios de año y seguía el itinerario «Vuelta al Mundo», pero las restricciones de movilidad debidas a la emergencia sanitaria de la COVID-19 obligó a modificar los planes y, desde el inicio de la pandemia, sólo ha hecho paradas técnicas para operaciones de abastecimiento de combustible.