.Fotografía facilitada por la Generalitat de Catalunya que muestra a la consellera de Presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó, durante una rueda de prensa este sábado en Barcelona. | Efe

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La Generalitat de Catalunya «responsabilizará» al Gobierno de Pedro Sánchez si se produce un rebrote de los contagios de coronavirus en las próximas semanas, al desoír «la opinión de los expertos» epidemiólogos que desaconsejan relajar el confinamiento a partir de la semana que viene.

Así lo ha afirmado su portavoz, Meritxell Budó i Pla, en la rueda de prensa diaria del Govern, en la que ha alertado de que si ahora se relajan las medidas de confinamiento se «corre el riesgo de que todo el sacrificio que se ha hecho sirva de bien poco».

«El martes que viene, centenares de miles de catalanes podrán volver a salir de casa para ir a trabajar. Exigimos al presidente Sánchez conocer el informe de los expertos y los datos en los que se ha basado para tomar esta decisión», ha afirmado.

Budó también ha exigido al ministro de Sanidad, Salvador Illa, que concrete «qué medidas sanitarias y de protección» se ofrecerán a los trabajadores para «garantizar que no haya un rebrote de la pandemia».

Si hubiese un «rebrote», ha advertido, «los responsables serán aquellas personas» que hayan tomado esta decisión «sin tener en cuenta la opinión» de los expertos epidemiólogos.

La portavoz del Govern ha asegurado que su posición no responde a una «batalla partidista» ni a una lógica de «unas instituciones contra las otras», sino de entender que el número de infectados aún es elevado y hay que esperar a tener bien definido un «plan de desconfinamiento» que permita llevarlo a cabo «con garantías».

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Por ejemplo, no hay todavía, ha señalado Budó, suficientes test para poder disponer de una radiografía más precisa de los contagios en el país, por lo que, según la Generalitat, habría que esperar otros 15 días antes de plantear el fin del confinamiento total.

Ante esta situación, la portavoz ha hecho un llamamiento a los catalanes que vuelvan a trabajar a partir de la próxima semana a mantener la «máxima prudencia» y seguir todas las recomendaciones oficiales de higiene y prevención.

Por su parte, el conseller de Interior, Miquel Buch, ha explicado que el Gobierno les ha trasladado formalmente este sábado su negativa a prolongar el confinamiento total.

Buch ha afirmado que el Gobierno no ha estado a la altura en la gestión del coronavirus: «El desbarajuste, la incertidumbre, la información que estamos recibiendo y las decisiones que se toman no nos están ayudando nada en la lucha contra el COVID-19».

Pese a ello, Buch ha reconocido que el Govern no puede «exigir» a los catalanes que desobedezcan al Ejecutivo central y se nieguen a volver al trabajo si esto implica que pueden perder su empleo.

Por su parte, la consellera de Salud, Alba Vergés, ha señalado que «las medidas de desescalamiento deberían empezar como mínimo 14 días después del pico de la epidemia» que, según los cálculos de su departamento, podría registrarse ya «en los próximos días».
Ha sostenido asimismo que presuponer que el nivel de actividad de la población será igual de bajo que el registrado antes del endurecimiento del confinamiento es «una percepción equivocada», dado que ahora podría producirse cierto relajamiento entre la ciudadanía.

Según cálculos de la conselleria, en Cataluña se han efectuado «entre un tercio y la mitad» de las hospitalizaciones que puede llegar a haber por COVID-19, por lo que quedan «muchísimas semanas» en las que el sistema sanitario seguirá bajo presión, ha dicho.