El hospital de IFEMA en Madrid. | Efe

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Cuarta semana de confinamiento en España por la pandemia del coronavirus. Los contagios empiezan a descender y la curva a doblegar. Datos optimistas que invitan a pensar en una nueva etapa en la que volver escalonadamente a la normalidad.

Ahora, la lucha del Gobierno de Pedro Sánchez se centra principalmente en evitar de nuevo la propagación del virus y consecuentemente otro brote de la enfermedad. Para implantar nueva medidas el Ejecutivo se ha fijado en cómo actuó China y en sus conocidas Arcas de Noé.

Las Arcas de Noé son espacios públicos o privados (polideportivos, recintos feriales, hoteles) que se preparan para acoger a un gran número de enfermos con síntomas leves o asintomáticos y así evitar la propagación de la COVID-19.

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El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha explicado este lunes que es una de las opciones que baraja el Gobierno para la etapa de transición de la pandemia, aunque ha señalado que siempre sería «opcional». «Es una opción que podría ser a personas que así lo soliciten, bien porque sus domicilios no reúnen condiciones para el aislamiento o por otro tipo de consideraciones», ha dicho Illa.

Ante las dudas surgidas de si será un confinamiento obligado o voluntario. El ministro a indicado que en cualquier caso, se adoptarán siempre medidas con «evidencia científica» y con «respeto a los derechos y las libertades».

Por otra parte, el Ejecutivo ha pedido a las comunidades que les faciliten un listado de lugares en los que podrían instalarse estas personas.