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El Gobierno español reconoce que la extensión del coronavirus va a afectar al turismo, el sector que más aporta al producto interior bruto (PIB), y consecuentemente a la economía y el empleo, y prepara ya un paquete de medidas para paliar sus efectos.

La secretaria de estado de Turismo, Bel Oliver, afirmó en una entrevista con Efe en Berlín que la epidemia, que deja más de 95.000 infectados y cerca de 3.300 muertes en todo el mundo, va a tener «un impacto directo sobre el turismo y sobre la economía de toda España».

«Estamos preparando una serie de medidas entre todos los ministerios para intentar paliar en la medida de lo posible efectos de esta situación. Pueden ser de varios tipos. Próximamente se va a tener conocimiento de ello», explicó durante un viaje de trabajo a Alemania.

Este paquete está siendo elaborado entre varios ministerios, como Economía, Trabajo, Exteriores y Comercio e Industria, porque «afecta a todos los sectores».

El perjuicio sobre el turismo está empezando a evidenciarse, un sector sensible a la inseguridad y que está experimentando una situación «muy complicada» por la extensión global de la COVID-19 y el gran desconocimiento sobre este nuevo coronavirus.

«Muchas personas están repensando sus reservas o posibles reservas y muchas permanecen en sus países», indicó Oliver, que reconoció que «hay reservas canceladas y menos reservas».

Los turoperadores alemanes con los que se ha reunido en Berlín -a donde acudió pese a la cancelación de la ITB, la mayor feria de turismo del mundo- le han transmitido «preocupación» por «la caída de sus reservas», pese a que el interés en España como destino sigue «intacto».

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El mercado alemán es el segundo más importante para España -y tiene un peso especial en Andalucía, Baleares, Canarias y Cataluña- y es especialmente sensible a este tipo de situaciones, porque sus viajeros valoran la seguridad y suelen reservar con mucha antelación.

Oliver señaló que los desplazamientos por motivos de trabajo se «están retrayendo bastante» y los viajes de placer de pequeña escala «sufren, pero algo menos».

En este punto, agregó la secretaria de estado de Turismo, es clave la duración que va a tener esta fase de incertidumbre con respecto al coronavirus. «No sabemos cuánto tiempo va a durar esta situación», reconoció.

«El primer escenario es Semana Santa. Luego veremos qué pasa ya con el verano. Tengo esperanza de que esto se va a acabar», aseguró.

El lado positivo es que el mercado turístico es «muy ágil y flexible», por lo que una vez que se despeje la incertidumbre que rodea ahora al coronavirus, la recuperación podría ser rápida. En este sentido, la secretaria de Estado de Turismo pidió al sector «flexibilidad» y la promoción de facilidades para fomentar una reactivación de las reservas.

España cuenta además con la ventaja de tener una sólida Sanidad, algo que aporta «confianza y tranquilidad», recalcó Oliver. «España tiene la fortaleza de ser un país seguro en todos los sentidos y destaca por un sistema sanitario serio, riguroso y que está llevando esta situación de forma profesional», afirmó.

La enfermedad va a tener un efecto perceptible en términos macroeconómicos, porque el sector turístico supone cerca del 13 por ciento del PIB y del empleo en España. La agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's ha recortado en cuatro décimas porcentuales su estimación de crecimiento del PIB nacional para este año al 1,3 %.

El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo no cuenta por el momento con estimaciones sobre los efectos económicos de la COVID-19. «Es un poco pronto», explicó Oliver.