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El mayor Josep Lluís Trapero ha defendido la actuación de los Mossos d'Esquadra, ya que cumplieron las resoluciones judiciales para evitar el 1-O, y se ha desmarcado del Govern de Carles Puigdemont, por la «incomodidad» ante su hoja de ruta unilateral, que considera una «barbaridad».

En la Audiencia Nacional se ha iniciado hoy el juicio contra Trapero, el exdirector de los Mossos Pere Soler y el ex secretario general de Interior Cesar Puig, para quienes la Fiscalía pide 11 años de cárcel por rebelión, así como contra la intendente Teresa Laplana, que afronta una petición de 4 años de prisión por sedición.

Nada más iniciarse el juicio, el fiscal Miguel Ángel Carballo ha dejado la puerta abierta a que la Fiscalía rebaje «en el momento oportuno» la acusación por rebelión, después de que el Supremo condenó por sedición a la cúpula del procés.

Con la acusación por rebelión aún vigente, Trapero, en la línea de su testifical en el Supremo, se ha desmarcado de Puigdemont -ha dicho que no mantenía con él una relación ni «estrecha, ni buena ni mala"- y ha resaltado su «incomodidad» con la estrategia del Govern de mantener el referéndum unilateral, aunque ha alegado que siempre dejó claro que cumplirían las órdenes judiciales y que lo hicieron.

Es más, Trapero ha calificado las resoluciones de ruptura que el Parlament aprobó en el marco de la estrategia unilateral independentista como «una barbaridad más de las que se estaban haciendo» en el procés.

Ha insistido en que en la reunión que mantuvieron con Puigdemont y varios consellers el 28 de septiembre advirtieron al Govern de que «no se equivocaran», de que la policía catalana no iba a «secundar ninguna ruptura de la legalidad ni de la Constitución» y expresaron su «preocupación» por los daños a la imagen del cuerpo.

«Y él nos dice que más importante que la imagen de los Mossos era la imagen del Govern», ha añadido Trapero, que ha subrayado que en esa reunión también se reprochó al Puigdemont las «exposiciones públicas» de algunos consellers sobre el papel del cuerpo.

Ante la insistencia del fiscal Miguel Ángel Carballo, Trapero ha negado que su ascenso al rango de mayor fuera impulsado por Puigdemont en el marco de sus planes sobre la independencia, ya que el entonces presidente «no tuvo nada que ver» en ello.

Según Trapero, desde el Govern tan solo le sondearon en una ocasión, en septiembre de 2016, para saber cómo actuarían los Mossos d'Esquadra ante un eventual referéndum unilateral.

Fue el entonces secretario del ejecutivo de Puigdemont, Joan Vidal de Ciurana, quien le convocó al Palau de la Generalitat en septiembre de 2016, más de un año antes del referéndum del 1-O, para preguntarle dónde estarían los Mossos si se generaba una «doble legalidad».

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«La doble legalidad no existe», respondió Trapero, que también dejó claro al secretario del Govern de Puigdemont que los Mossos d'Esquadra harían «siempre» lo que dijeran los jueces y que lo cumplieron.

En su interrogatorio, Trapero ha calificado de «ofensivo» que el coordinador del dispositivo policial del 1-O, el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, afirmara que sus advertencias de los riesgos de una intervención policial para impedir el referéndum fueran una excusa para que se pudiera celebrar.

«Yo me puedo equivocar, pero no necesito excusas» ha replicado Trapero, que no ha escondido sus diferencias con De los Cobos, hasta el punto que fue lo que motivó que se apartara del gabinete de coordinación y que delegara en su entonces número 2, Ferran Lopez.

En su interrogatorio, de casi seis horas, el fiscal ha inquirido a Trapero por los motivos por los que permitieron la ocupación de numerosas de las escuelas que iban a acoger las urnas del referéndum durante todo ese fin de semana.

«No entendimos que eran actividades preparatorias del referéndum», ha contestado el mayor, que ha argumentado que los Mossos entendieron que la orden judicial de precintar las escuelas no «facultaba» a la policía catalana a desalojar los centros antes del día 1 y se ha escudado en lo «difícil» que resultaba «distinguir» entre las actividades educativas y lúdicas y las relacionadas con el 1-O.

«Lo que hicimos fue lo que entendíamos que nos ordenaba aquella orden judicial; no sé si equivocadamente o no, pero voluntariamente equivocadamente, no», ha insistido Trapero, que ha recordado que otros cuerpos policiales tenían «exactamente» la misma orden.

El 1-O, los Mossos no hicieron ningún dispositivo para facilitar que Puigdemont pudiese votar, según Trapero, que ha apuntado que si algún agente le ayudó, lo que no le consta y le parecería «incorrecto», en ese caso «tendrá que asumirlo» personalmente.

Sobre los votantes, ha afirmado que ver cómo defendían las urnas era «poco imaginable». «Era que les iba la vida, estamos hablando de una actitud difícil de entender y sobre todo de prever», ha alegado.

En relación con la actuación de los Mossos ante las protestas por el registro en la consellería de Economía el 20S, ha lamentado que la Guardia Civil no les avisara de que iba a protagonizar 40 acciones simultáneas en una jornada «excepcional», y ha defendido que su prioridad fue evitar un mal mayor, ante el temor de que una intervención de los antidisturbios provocara que la situación se les fuese de las manos.

Además, ha defendido el modelo de mediación que impulsan los Mossos d'Esquadra, aunque ha asegurado que el exlíder de la ANC Jordi Sànchez, que se erigió en intermediario, no impuso condiciones al dispositivo policial.