La portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, recibe el saludo de su compañero Oskar Matute, tras su intervención en la segunda jornada del debate de investidura de Pedro Sánchez. | Efe

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La intervención de la portavoz de EH Bildu, Merche Aizpurúa, ha generado tensión este domingo en el hemiciclo del Congreso por sus alusiones a Arnaldo Otegi, a la monarquía y la «represión» en el País Vasco, que han despertado las protestas de diputados de la derecha y llamadas a la calma desde el PSOE y Unidas Podemos.

«Vosotros nos matabais a nosotros», le ha recriminado el presidente del PP, Pablo Casado, a Aizpurúa desde su escaño, mientras que el líder de Vox, Santiago Abascal, ha abandonado el hemiciclo «para no seguir escuchándola».

El diputado popular Adolfo Suárez Illana ha optado por mantenerse en su escaño de miembro de la Mesa pero dando la espalda a la cercana tribuna de oradores.

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En el revuelo, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha pedido respeto a la libertad de expresión, mientras que el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se ha levantado pidiendo calma, al igual que el ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos.
Al término de su intervención, la diputada vasca ha recibido gritos de «¡fuera, fuera!», procedentes de las bancadas del PP, Vox y Ciudadanos.

La tensión se ha elevado a la máxima expresión, después de la respuesta del candidato a la presidencia del Gobierno. El líder de los populares, Pablo Casado, ha pedido la palabra a la presidenta para recriminarle:«Señora Batet, usted tenía que haber llamado al orden a la portavoz de EH Bildu por descalificaciones y injurias a las instituciones del Estado, según recoge el reglamento». Aplausos y gritos de «libertad», en el Congreso.

A la petición del PP se ha sumado Ciudadanos que ha criticado que Pedro Sánchez no haya defendido en su respuesta a Bildu al jefe del Estado, a la Constitución. Así, Bal, ha lamentado: «Como dice el señor Casado, el artículo 103 exige una llamada al orden a la portavoz de EH Bildu por sus ofensivas declaraciones al jefe del Estado, al que ha llamado fascista».

Batet ha señalado que en el Parlamento se defienden las posiciones políticas mediante la palabra «no mediante el grito y el insulto». La presidenta del Congreso ha asegurado que durante el debate ha escuchado afirmaciones «absurdas», «execrables» y algunas «falsas» pero su obligación es garantizar la libertad de expresión.