El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat, Quim Torra, se reunieron en el Palau de Pedralbes, con la asistencia de algunos ministros y consellers. | Toni Albir - ae - EFE - EFE

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El resultado de la consulta de ERC a sus bases (el 94 % avala la posibilidad de facilitar la investidura de Pedro Sánchez si se acuerda antes una mesa de negociación sobre el conflicto catalán «de gobierno a gobierno» y «sin condiciones») ha sentado como un jarro de agua fría en el PSOE.

Los socialistas ya no ven con tanto optimismo la investidura de Sánchez y cada vez hay más voces -de momento la mayoría off the récord- que apuntan a que no puede realizarse a cualquier precio.

El núcleo duro del presidente del Gobierno en funciones confiaba con poder constituir una mesa de partidos para poder dialogar y encontrar soluciones al conflicto de Cataluña, sin relator ni cumbres de Pedralbes.

Sin embargo, los republicanos han exigido una mesa de gobierno a gobierno, «de igual a igual», «sin condiciones» en la que cada parte pueda defender sus planteamientos. Está claro que entre los del Govern catalán estarán el derecho de autodeterminación y la amnistía para los presos del procés.

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Esto complica mucho la investidura de Sánchez y cada vez parece más probable que no sea tan rápida como a él le gustaría (antes de Navidad) y, lo más probable, es que tenga que esperar a 2020.

Es cierto que los partidos políticos siempre exponen posiciones de máximos de cara a una negociación, porque se da por hecho que tendrá que haber cesiones. Sin embargo, el aval mayoritario que han dado las bases de ERC a sus dirigentes hace muy difícil que vayan a aceptar una mesa de partidos y no de gobiernos.

Los republicanos tienen una situación complicada, ya que la postura de JxCat y la CUP es mucho más dura y han dejado claro que no apoyarán la investidura del socialista. Con la posibilidad de que haya elecciones autonómicas en Cataluña, ERC no puede permitirse la posibilidad de que el resto de partidos que compiten por los votos independentistas se los arrebaten.

Deshacerse de Puigdemont y los suyos no está resultando tan fácil como los republicanos creían y sigue conservando un amplio apoyo de los electores. Por ello, han pasado del apoyo gratis que proclamó Gabriel Rufián tras las elecciones del 28 de abril, cuando advirtió a Sánchez de que se arrepentiría de la repetición electoral, a exigir una mesa de negociación entre gobiernos, donde pueden plantearse reivindicaciones como la el derecho de autodeterminación y la amnistía para los presos del procés.

En el caso de que ERC no facilitase la investidura de Sánchez, la otra opción de los socialistas sería romper el preacuerdo de gobierno de coalición con Unidas Podemos para mirar hacia la derecha y cerrar un acuerdo con el PP y Ciudadanos; a día de hoy tiene pocas posibilidades de salir adelante.