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La organización juvenil Arran, vinculada a la CUP, ha quemado varias cajas de cartón con imágenes que considera emblemáticas del «régimen del 78», como el rey Felipe VI o jueces, durante una manifestación desarrollada este mediodía en el centro de Barcelona con motivo de la Diada de Cataluña.

Frente a la catedral de Barcelona y entre cánticos del himno antifascista «Bella ciao», militantes antisistema han prendido fuego a varias cajas con imágenes que representan, entre otros, a la familia real, al Poder Judicial -con un dibujo que recuerda al juez Manuel Marchena- y a partidos como Vox, PP, Cs y PSOE.

La manifestación juvenil, en la que también han participado miembros de la CUP como Carles Riera y Gabriela Serra, ha venido precedida de un acto en la calle Ferran, muy cerca de la plaza Sant Jaume, para recordar a Gustau Muñoz, «militante comunista e independentista que fue asesinado por la policía» en 1978.

Portando banderas esteladas, otras de color lila y enseñas comunistas, la marcha ha avanzado por el centro de Barcelona hasta llegar a la catedral entre gritos de «Anticapitalistas», «La lucha es el único camino» y «Contra el capital, acción directa».

La portavoz de Arran, Núria Martí, ha destacado que esta organización tiene su propia agenda y no participa del resto de actos organizados por instituciones o entidades: «No nos juntaremos con esta gente», ha dicho. Y es que, en su opinión, el Govern de Quim Torra no está defendiendo como debería «el resultado del referéndum del 1 de octubre».

Pese a las críticas al Govern, ha puntualizado que procurarán la unidad con el resto de actores partidarios de la independencia para, por ejemplo, «exigir la amnistía para todos los presos políticos».

En la misma línea, el diputado de la CUP Carles Riera ha destacado que, tras una eventual condena a los líderes del «procés», habrá que hacer un «esfuerzo» para responder de forma unitaria, una respuesta que, en su opinión, tendría que pasar por la «desobediencia civil e institucional».

«El reto es evidente», ha continuado, «tenemos el deber ético y político de que la respuesta sea masiva».