Imagen de la señal institucional del Tribunal Supremo, de los miembros del tribunal, durante la declaración como testigo del diputado de ERC Joan Tardá.

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El presidente del tribunal que juzga el proceso independentista en Cataluña, el magistrado Manuel Marchena, ha amonestado este miércoles al diputado de ERC Joan Tardà y le ha recordado su condición de testigo en este proceso para que no realice «valoraciones políticas» o «juicios de valor». «Tiene otros foros para expresarlo», ha advertido.

Declaración como testigo de Joan Tardá en el juicio por el procés

Al comenzar la octava sesión del juicio, Marchena ha explicado que la contribución de los testigos es ayudar al esclarecimiento de los hechos, por lo que ha instado a «evitar debates y valoraciones». No obstante, el primer testigo del proceso, Joan Tardà, aún no estaba en la sala, por lo que no ha podido explicar el aviso del presidente.

Después de que Marchena haya hecho llamar al diputado de ERC, éste se ha sentado a la mesa destinada para los comparecientes y, tras contestar a las preguntas de rigor sobre su situación personal y sobre si conoce a los acusados, el magistrado ha dado la palabra a la acusación popular que ejerce Vox --la primera vez que interviene en el juicio--, ya que el testigo había sido propuesto por este partido.

La primera pregunta del abogado de Vox Pedro Fernández ha versado sobre un tuit que publicó Tardà el pasado julio afirmando que la «negativa de PP y PSOE» es lo que llevó a los independentistas a «desobedecer» en 2017. El letrado ha querido saber simplemente si el testigo recordaba haber escrito ese comentario, tras lo cual Tardà ha comenzado a contestar en catalán.

Ha sido en ese momento cuando Marchena ha interrumpido a Tardà: «No empezamos bien». Según ha explicado el magistrado, «como testigo tiene la obligación de emplear la lengua oficial del foro y del lugar en el que tiene lugar el juicio». Otra cosa, ha añadido, es que el tribunal «haya dado la opción a los acusados de hablar en su lengua», pero ha advertido de que los testigos sólo pueden expresarse en castellano.

A continuación, el diputado de ERC ha comenzado a decir que «este juicio está inspirado en la venganza», por lo que de nuevo ha sido interrumpido por el magistrado, quien le ha recordado la condición de testigo en la que comparece. «Un testigo es alguien que se pone a disposición de las partes de la administración de justicia exclusivamente para contribuir al esclarecimiento del hecho. Used está para ayudarnos al esclarecimiento del hecho. No está autorizado a hacer valoraciones políticas pese a su condición de diputado», ha subrayado.
Así, Marchena le ha pedido «por favor» que «se someta a la razón de su llamamiento» a declarar como testigo en el procedimiento, pero que no lo haga «a partir de sus valoraciones, sino a partir de lo que pudo percibir» cuando tuvieron lugar los hechos, tras lo cual le ha recordado que dispone de «otros foros» para poder expresarlo.

Corrige a Vox

Pero Marchena no sólo ha tenido que llamar la atención a Tardà, sino que también ha reprendido al abogado de Vox, porque, a juicio del presidente del tribunal, estaba pidiendo al testigo que «valore comportamientos ajenos» de los acusados al preguntarle si los acusados estaban «integrados en la unidad de acción» dirigida a lograr la independencia de Cataluña. «No existe el testigo opinante para la valoración de los hechos», ha recordado a Fernández, que sólo ha hecho cuatro preguntas.

La Fiscalía no ha querido hacer preguntas al testigo y a continuación ha tenido lugar una de las anécdotas de esta testifical: la abogada del Estado Rosa María Seoane ha preguntado a Tardà si conoce a Josep Maria Jové, quien fuera 'número dos' del exvicepresidente Oriol Junqueras. La forma de pronunciar el apellido ha hecho que Tardà haya corregido a la letrada.

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La declaración del diputado republicano ha durado apenas media hora, pero ha sido en las preguntas de algunos abogados de las defensas cuando se ha explayado más. Marchena ha tenido que interrumpir nuevamente cuando Tardà estaba relatando el ideario político de su partido, algo que, según el magistrado, «no interesa» al tribunal por su calidad de testigo en este proceso, ya que «no tiene ningún sentido, por más que su opinión sea valorable y respetable».

El abogado que había hecho la pregunta, concretamente el de Oriol Junqueras y Raül Romeva, Andreu Van Den Eynde, ha indicado que su intención era dar a conocer al tribunal los «métodos» que pudieron utilizar los acusados, pero el magistrado le ha replicado que los 12 encausados ya se han explicado sobre este asunto en «interrogatorios extensísimos» previos a esta fase de testificales.

Ya en lo que respecta a los hechos que se juzgan, y a la pregunta de si entiende la movilización ciudadana como un modo de «coacción al Estado», Tardà ha respondido que no, sino que lo considera un «factor de progreso». Eso sí, ha querido dejar claro que «ni la unidad de España ni la independencia de Cataluña valen una mínima violencia».

«SENSACIÓN DE NORMALIDAD» EL 20-S

Ha relatado que el 20 de septiembre de 2017 acudió a la sede de la Consejería de Economía y en un momento dado se dirigió a los manifestantes para pedirles que no cayeran en «ninguna provocación» y que «había que evitar cualquier violencia» y hacer «todo a la catalana, es decir, pacíficamente». En su opinión, esa protesta fue «algo muy espontáneo».

«Había sensación de normalidad. No me sentí en ningún momento violentado ni que las personas de mi lado estuvieran tensas. No era un escenario de tensión, sino de indignación de ver una situación anómala e inmerecida», ha dicho en relación a los registros judiciales que se estaban llevando a cabo ese día.

Y sobre los disturbios del 1 de octubre, Tardà ha recordado que la exportavoz del Grupo Socialista en el Congreso y actual ministra de Defensa, Margarita Robles, registró al día siguiente una solicitud de interpelación a la entonces vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, para que explicara la actuación policial el día del referéndum.

Por lo tanto, ha destacado que «la sorpresa y la indignación» por los hechos acaecidos ese día «no sólo afectaba» a los que habían estado en Cataluña ese día, sino también a otros «demócratas, personas tan alejadas» de las tesis independentistas.

A su salida del tribunal y en declaraciones a los medios, Tardà ha afirmado que el juicio «está inspirado en la venganza» por la «humillación», en su opinión, «absurda» que «sintió» el Estado el 1 de octubre de 2017 «por la presencia de urnas» en Cataluña. «Creo que este juicio debería evolucionar hacia la absolución y creo que el Estado español deberá tarde o temprano pedir perdón por lo acaecido», ha apostillado.

Sobre las advertencias que le ha dado Marchena durante la sesión, Tardá ha explicado en declaraciones a los medios que «desconocía» no tener derecho siendo testigo a expresarse en catalán y que, en todo caso, «pretendía responder en catalán a Vox y en castellano, que también es lengua de los catalanes», al resto de las partes.