Detalle de los resultados de las elecciones andaluzas, celebradas este domingo.

TW
66

La irrupción de Vox en las elecciones andaluzas y la posibilidad de que se forme un bloque conservador que acabe con 40 años de Gobierno socialista en Andalucía, abre un escenario electoral aún más incierto en España, cuando se daba prácticamente por hecho que Pedro Sánchez adelantaría las generales.

Y es que los comicios en Andalucía parecen anticipar un nuevo cambio de ciclo en la política española, y ya van unos pocos en los últimos años.

Desde 2015, se ha pasado del bipartidismo del PP y PSOE a tener cuatro partidos de ámbito nacional y ahora cinco, con un Vox que ha roto todas las encuestas.

Un nuevo partido que, además, podría inclinar la balanza de la mayoría en favor de los partidos de centro y derecha en un momento en el que el Palacio de la Moncloa está ocupado por un presidente socialista, aunque sin mayoría en el Congreso.

¿Lo de Andalucía ha sido solo un voto de castigo momentáneo contra Susana Díaz y el PSOE o una tendencia de futuro para el conjunto de España?

¿Conviene aplazar la convocatoria de las generales para que baje el suflé de Vox o convocar ya para intentar taponar la subida del bloque conservador?

Con toda seguridad, estas serán algunas de las preguntas que se estará formulando ahora mismo el presidente del Gobierno, no ya pensando solo en las generales, sino en las próximas elecciones europeas, municipales y autonómicas de la primavera.

Fuentes del PSOE reconocen la incertidumbre que se abre con estos resultados y los diferentes escenarios que hay sobre la mesa.

Ninguno de ellos fácil para el partido que lidera Pedro Sánchez.

En las últimas semanas, desde Moncloa han insistido una y otra vez en que el resultado en Andalucía no sería determinante para el calendario electoral nacional, aunque todo indica que sí tendrá un peso determinante para un PSOE que ha sido el gran derrotado de los comicios andaluces.

Noticias relacionadas

No en vano, los socialistas han perdido 400.000 votos en su principal granero electoral y ese desgaste, en unas elecciones generales, puede ser letal para las aspiraciones de Sánchez.

En este contexto, han hecho un llamamiento a los partidos constitucionalistas para aislar a Vox y, de paso, evitar la mayoría del bloque conservador.

Del otro lado, el nuevo PP de Pablo Casado también ha perdido mucha fuerza en Andalucía en favor de Ciudadanos y Vox, pero paradójicamente su líder, Juanma Moreno, acaricia ya el Palacio de San Telmo.

En clave nacional, Casado parece salir reforzado de esta cita electoral aunque a su partido se le ha abierto un boquete por su derecha, con un Vox de Santiago Abascal que ya piensa en las elecciones generales.

De la dulce derrota del PP a la clara subida de Ciudadanos, que ha doblado escaños y que junto a Vox tiene la llave del Gobierno en Andalucía.

Aunque no ha conseguido el 'sorpasso' sobre el PP, se acerca peligrosamente al partido de Casado, y amenaza con arrebatarle la hegemonía del centroderecha, lo que le permite consolidarse de cara a las próximas citas con las urnas.

La otra lectura de los comicios andaluces es el desplazamiento de la mayoría electoral hacia el centro y el centroderecha.

Esa caída de la izquierda tiene un segundo damnificado además del PSOE, y es Unidos Podemos, que ha caído tres escaños con respecto a los comicios de 2015.

Lejos de la autocrítica, Pablo Iglesias ha aprovechado la irrupción de Vox para hacer un llamamiento a la movilización de los trabajadores, estudiantes, asociaciones y colectivos progresistas del país para frenar el avance de la «extrema derecha».

«Alerta antifascista», ha proclamado Iglesias, que ha reclamado unidad a los partidos que apoyaron la moción de censura que aupó a Pedro Sánchez al Palacio de la Moncloa.

Movilización en la calle en la que Podemos se siente cómodo, pero que con unas generales a la vuelta de la esquina, tiene un recorrido incierto.