Este acercamiento se ha conseguido tras cinco reuniones entre las partes --esta última en la Dirección General de Trabajo-- y una semana después de la huelga que los más de 3.000 tripulantes de cabina de España, Bélgica, Portugal e Italia convocaron el pasado 25 y 26 de julio, que afectó a alrededor de 75.000 pasajeros españoles.
Los sindicatos, que a la entrada de la reunión eran «pesimistas» en cuanto a la voluntad de negociar de Ryanair, que hasta el momento había negado categóricamente a modificar su modelo de negocio, mostraban algo más de esperanza en el último receso, alrededor de las 18 horas, y aseguraban que estaban «casi, ahí» y «más cerca que nunca».
Tal ha sido el cambio de actitud y el avance repentino en las negociaciones a media tarde, que desde USO han asegurado sentirse «sorprendidos», y lo han achacado a las numerosas huelgas de pilotos a las que se enfrentará la aerolínea en Europa este mes de agosto.
Los sindicatos, que no han querido concretar en qué ha consistido ese avance hasta que no termine la reunión, que aún continúa, han explicado que Ryanair ha comenzado a mostrarse más abierta a sus demandas.
Entre las principales reivindicaciones de los TCP españoles figuran aplicar la legislación laboral española en lugar de la irlandesa, reconocer la libertad sindical e igualdad de condiciones entre contratados y subcontratados.
La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del Ministerio de Fomento, ha abierto un expediente a la compañía aérea Ryanair por posibles incumplimientos del Reglamento Europeo 261/2004 sobre derechos de los pasajeros, tras las cancelaciones de vuelos, consecuencia de la huelga de los días 24 y 25 de julio. Ryanair canceló 200 vuelos diarios, lo que equivale al 24% del total previsto esos días.
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