Llenan de cruces amarillas la playa de Llafranc y una señora les planta cara. | Lelo_Tini (Youtube)

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Este pasado domingo amaneció soleado en la costa de Girona. Algunos se decidieron a pasar las primeras jornadas de playa en entornos idílicos como la playa de Llafranc. Sin embargo, al llegar a la arena, encontraron una escena rocambolesca.

Algunos ciudadanos, partidarios de la independencia de Cataluña, habían llenado la zona de playa con decenas de cruces amarillas y alguna estelada.

Se trata, según estos, de una forma de visibilizar su causa y de recordar a aquellos ausentes, en el exterior o en la cárcel, por la causa judicial derivada del proceso soberanista.

Pero no faltaron aquellos a los que la iniciativa no les cayó bien. No era ni la forma ni el lugar. En concreto se está viralizando en las redes sociales un vídeo grabado por una mujer que recrimina a un hombre su acción. «Una cosa es la política y otra cosa es que los niños se crean que esto es un cementerio», exclama la mujer indignada a dos voluntarios que estaban llevando a cabo la plantada de cruces.

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Cuando empezaron ha arrancar las cruces amarillas que estaban clavadas en la playa de Canet de Mar hubo un pequeño enfrentamiento que ha acabó con tres heridos leves.

El Comitè de Defensa de la República (CDR) de Canet de Mar ha calificado la acción como una agresión fascista y ha asegurado que había 30 encapuchados y ha provocado tres heridos: «Esta es su democracia, violentos e intolerantes», ha expresado en una publicación en Twitter.

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont también ha condenado el incidente en un tuit: «Mi total condena a estas agresiones del fascismo unionista, que continúan impunes. No hagamos ninguna concesión a sus provocaciones. Si nuestra actitud cívica y no violenta los exaspera, señal que vamos bien. No caigamos en ninguna provocación».