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El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y los cuatro exconsellers que huyeron con él a Bruselas cenaron este jueves con el diputado del partido nacionalista flamenco N-VA Lorin Parys, horas antes de que los cinco comparezcan este viernes ante el Tribunal de primera instancia que debe decidir sobre las órdenes europeas de detención y entrega dictadas por España.

El encuentro lo ha desvelado el propio Parys a través de su perfil en Twitter, en donde ha publicado una imagen de la cena en la que se le ve acompañado en la mesa por Puigdemont, Lluís Puig, Clara Ponsatí, Meritxell Serret y Toni Comín.

Parys explica en su 'tuit' que «anoche» tuvo «la visita de unos amigos» y que les ofreció su apoyo, un mensaje que acompaña con el símbolo de la victoria.

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En declaraciones al diario Le Soir recogidas por Europa Press, el diputado ha subrayado que la cita no fue «una reunión política, sino de una noche entre amigos», al tiempo que ha aclarado que no consultó con la jefatura de la N-VA la organización de la cena.

«Simplemente invité a varios de mis conocidos y pasamos una noche agradable. Era importante para ellos poder cenar de manera relajada», ha explicado el diputado flamenco, quien se declara partidario de que «el pueblo catalán a elegir en qué sociedad quieren vivir».

Hasta ahora, Puigdemont ha negado haber buscado o mantenido reuniones con responsables políticos de la N-VA, para evitar «inmiscuirse» en la política nacional del país.

El Gobierno federal del liberal francófono Charles Michel se apoya en una coalición con tres partidos flamencos, entre los que destaca la N-VA por ser la fuerza más votada en las últimas elecciones y ser el partido de algunos ministros de peso, como el de Interior, Jan Jambon, o el secretario de Estado de Inmigración y Asilo, Theo Francken.

Las declaraciones de Jambon, Francken y otros altos cargos de la N-VA de comprensión hacia el desafío independentista y críticas a la respuesta del Gobierno de Mariano Rajoy han tensado no solo las relaciones entre España y Bélgica, sino también los equilibrios dentro del propio Gobierno belga.