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El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha opinado este miércoles que la situación en Cataluña requiere de un diálogo entre las partes «con verdadera voluntad de acuerdo» y que «la salida del laberinto» del debate sobre la estructura territorial se encuentra «en un horizonte confederal».

En el acto de apertura del Año Judicial que se ha celebrado en el Palacio de Justicia de Bilbao, Urkullu ha recordado que el propio Tribunal Constitucional en la sentencia de impugnación de la resolución del Parlamento catalán sobre la reforma del Estatuto de Cataluña planteó la necesidad de diálogo entre los representantes institucionales.

Según recogía esa resolución del 25 de marzo de 2014, «la Constitución no aborda ni puede abordar todos los problemas, en particular los derivados de la voluntad de una parte del Estado de alterar su estatus jurídico».

«Los problemas de esa índole no pueden ser resueltos por este tribunal y por ello, los poderes públicos, y muy especialmente los poderes territoriales que conforman nuestro Estado autonómico, son quienes están llamados a resolver mediante el diálogo y la cooperación los problemas que se desenvuelven en este ámbito», ha concluido la cita de Urkullu.

«En esa línea», ha opinado, las palabras que este martes pronunció el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, «abrieron un tiempo para dar una oportunidad al diálogo con el Estado español».

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De la misma manera, ha recordado, también el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, apeló al diálogo la noche del 1 de octubre, por lo que ha confiado en que «esta oportunidad sea aprovechada».

Así, Urkullu ha reclamado «diálogo con realismo y con responsabilidad, diálogo con auténtica voluntad de acuerdo y diálogo inspirado en el deber de negociar de buena fe».

Según ha considerado, la solución a un «conflicto político solo se alcanza dialogando desde una auténtica voluntad de acuerdo» ya que «una solución satisfactoria para todas las partes no puede lograrse únicamente ubicando la controversia en la aplicación de la legalidad vigente, especialmente si este automatismo conduce a una solución que desoye una aspiración colectiva con alto arraigo social y puede conducir a quebrar el necesario marco de convivencia».

Urkullu ha advertido de que «el recurso a los tribunales tiene, sin duda, legal justificación, pero su utilización como único mecanismo para solventar el conflicto puede contribuir a polarizar aún más las posturas».

Por ello, ha considerado que las instituciones tienen la responsabilidad de «redoblar sus esfuerzos para lograr un marco de convivencia más justo» en el que se puedan integrar «las voluntades sociales mayoritarias, de manera respetuosa con sus identidades propias y diferenciadas».

Según ha concluido, «la salida del laberinto de la articulación territorial en un estado compuesto de la Unión Europea, se encuentra en el horizonte confederal».