La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, llega junto al presidente catalán, Carles Puigdemont, a la reunión. | ALBERT GEA

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El Pacte Nacional pel Referèndum, que reúne a entidades y partidos favorables a una consulta pactada con el Estado, aprobó este martes seguir como plataforma de «debate» y no disolverse pese a la negativa del Gobierno central a negociar.

Así lo decidió en la reunión que mantenida en el Parlament y que encabezó el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que se mostró partidario de la continuidad del Pacte.

Sin embargo, el Pacte también consideró que no es su trabajo pronunciarse sobre si la Generalitat debe hacer un referéndum unilateral, por lo que dejó en manos del Govern decidir si este es el camino que se adopta.
El coordinador del Pacte, Joan Ignasi Elena, explicó que ayer dejó el cargo al considerar que ha acabado con su trabajo: «El Pacte Nacional ni avala ni desautoriza ninguna de las decisiones que se tomen».

Puigdemont no logró este martes, en la reunión del Pacte Nacional por el Referéndum, atraer al nuevo partido impulsado por Ada Colau a su plan de impulsar una consulta de independencia unilateral. Catalunya en Comú se mantuvo en su defensa de un referéndum «con garantías» y que interpele a la comunidad internacional y a la gran mayoría de la ciudadanía catalana. El president catalán anunciará la fecha y la pregunta de la consulta de forma inminente.

Los ‘comunes’ se mantuvieron fieles a su estrategia de no revelar su posición hasta finales de este mes o primeros de julio, cuando ya dispondrán de información sobre cómo piensa afrontar el Gobierno la consulta y sobre qué base jurídica.

La realidad es ahora que Carles Puigdemont tampoco les pidió a ellos ni a las decenas de representantes de partidos, entidades y sindicatos que alentaran la vía unilateral de secesión. Ada Colau, de baja maternal, no asistió a la sesión pero sí Gerardo Pisarello, teniente de alcalde.