El expresidente del Palau de la Música Félix Millet, a su llegada a la Ciutat de la Justicia. | MARTA P

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El expresidente del Palau de la Música Fèlix Millet ha admitido hoy que desvió fondos de la entidad cultural para obras en su casa y viajes y que se autoadjudicó junto a su mano derecha Jordi Montull retribuciones extras millonarias, lo que ha considerado fueron «errores» por los que se ha disculpado.

Millet es el primero de los acusados que presta hoy declaración en el juicio por el saqueo del Palau de la Música, a propuesta de la Fiscalía, en un interrogatorio en el que solo ha aceptado contestar a las preguntas del ministerio público y de sus abogados.

Como ya hiciera en la carta que remitió al juzgado al estallar el escándalo, el acusado ha admitido que cargó a las cuentas de la Fundación Orfeó Català obras en su domicilio, pero ha insistido en que, hasta lo que él sabe, esas facturas nunca fueron pagadas con fondos del Consorcio del Palau de la Música, que vehicula las subvenciones públicas destinadas a la entidad cultural.

«Me equivoqué», ha señalado repetidamente Millet tras admitir que desvió fondos del Palau de la Música a las obras de sus domicilios, al pago de algunos de sus viajes y a las bodas de sus hijas, ceremonias que, sin embargo, ha precisado que también entendía daban publicidad al Palau de la Música.

En concreto, ha explicado que «tenía motivos» para pagar con fondos de la institución cultural el enlace de su hija, por valor de 164.000 euros, ya que sirvió para que «la gente supiera que se podían hacer bodas» en el Palau. «Era para hacer publicidad, sí», ha afirmado.

Pese que ha subrayado que «se equivocó absolutamente» al pagar viajes al extranjero, ha justificado sin embargo uno a México porque se enmarcaba en una «semana catalana», a la que fue invitado el Orfeò Català a cantar, un evento al que también asistió el entonces presidente catalán Jordi Pujol

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El expresidente de la Fundación ha reconocido también que junto a su mano derecha se autoadjudicó retribuciones extras millonarias durante años, que cobraron a través de empresas administradas por sus esposas, pero ha apuntado que merecía ese aumento salarial por haber logrado reflotar la entidad cultural cuando esta estaba a punto de la quiebra.

Ha subrayado, en este sentido, que cuando llegó al Palau estaba hecho «un desastre» y que, tras las reformas que aplicaron, decidieron adjudicarse «un sueldo» extra porque «los números del Palau eran muy buenos», una retribución no declarada que ha situado en los 800.000 euros anuales.

El acusado ha confesado también que luego él y Montull pasaron a cobrar estos bonos a través de sociedades, para pagar menos impuestos.

Millet no ha clarificado la procedencia de otros ingresos en efectivo que presuntamente recibió y ha apuntado: «Yo cobraba de muchos sitios».

En todo caso, el saqueador confeso del Palau ha dejado claro que todo lo que se apropió es lo que ya confesó en 2009.

Asimismo, Millet se ha desmarcado del día a día contable en la financiación de la entidad cultural, que ha atribuido al que fuera su mano derecha, Jordi Montull.