La información sobre la venta de un piso protegido a cargo de Ramón Espinar influye en la lucha interna por el control de la dirección de la marca morada en la capital española. | J. J. Guillén

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El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y sus afines interpretan la polémica en la que se ha visto envuelto su portavoz en el Senado, Ramón Espinar, como un ataque directo a sus tesis sobre el rumbo que debe tomar la formación morada. De ahí que no hayan dudado en volcarse en la defensa del también aspirante a liderar Podemos Madrid, en plena campaña de las primarias que comenzarán este sábado.

De hecho, Iglesias cree que la información publicada por la Cadena Ser este miércoles sobre la compraventa de un piso protegido que llevó a cabo Espinar en 2010 y con la que sacó 19.000 euros de plusvalía, no tiene otro objetivo que el de desprestigiar su figura y el proyecto que defiende para Podemos, según explican fuentes del equipo de la Secretaría General.

Aunque el líder de la formación morada no ha escondido desde el inicio del proceso abierto en Madrid sus simpatías por la candidatura de Espinar, durante las últimas semanas sí había jugado un papel más discreto, en segundo plano, en un intento de mantener la neutralidad que se espera del secretario general de un partido en unas primarias internas.

No obstante, la polémica surgida en torno al piso protegido de Espinar le ha llevado a ejercer una férrea defensa del candidato de Juntos Podemos, a tres días de que arranque la votación en la que los inscritos decidirán entre el proyecto 'pablista' o el que defiende la candidatura 'errejonista' de la portavoz en el Ayuntamiento, Rita Maestre.

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«Ramón ha dado explicaciones inmediatas aclarando todo. Repugnante la máquina del fango para influir en las primarias. No nos domesticarán», aseguraba ayer Iglesias en uno de los muchos mensajes que difundió a través de su cuenta de Twitter para limpiar la imagen de Espinar.

En esta misma línea, su jefa de gabinete y portavoz adjunta en el Congreso, Irene Montero, defendió que sus adversarios habían «desatado» la «máquina del fango» no contra todo Podemos sino contra «el que les asusta» y «les preocupa»: el que representa Iglesias y el proyecto de Espinar.

De este modo, el secretario general y sus más estrechos colaboradores achacan la polémica de Espinar a un intento de sus adversarios de «tomar partido» a favor de la candidatura que lidera Maestre, que integra a varios de los principales colaboradores del secretario Político, Íñigo Errejón, y que apuesta por un Podemos más «amable y feminizado».

Esta interpretación no ha sentado bien entre los 'errejonistas' ya que sitúa a su proyecto como el «favorito» de sus adversarios, tal y como ya apuntó Iglesias hace semanas. De ahí que, a diferencia de los 'pablistas', hayan tratado de hacer hincapié en que la polémica es un ataque a Podemos en su conjunto y un intento de dividirles, pero no de posicionarse a favor de una candidatura concreta.