El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (i), responde a la intervención del portavoz del PSOE, Antonio Hernando, durante la segunda jornada del debate de su investidura. | Efe

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A pocas horas de la votación histórica en la que el PSOE facilitará con su abstención la investidura de Mariano Rajoy, al menos una docena de diputados han confirmado que romperán la disciplina de grupo y votarán en contra, mientras que el dimitido secretario general Pedro Sánchez mantiene la incógnita.

De los doce 'díscolos', siete son miembros del PSC -Meritxell Batet, Manuel Cruz, Lídia Guinart, José Zaragoza, Mercé Perea, Marc Lamuà, Joan Ruiz-, dos fueron en la lista por Madrid como independientes -la jueza Margarita Robles y la excomandante Zaida Cantera- y los otros tres son militantes de base sin cargo orgánico -el vasco Odón Elorza, la aragonesa Susana Sumelzo y la gallega Rocío de Frutos-.

Mientras que los catalanes esgrimen el mandato prácticamente por unanimidad de su Consell Nacional para justificar su posición, el resto argumenta razones de «conciencia».

Todos ellos podrían ser sancionados, según los Estatutos del PSOE, con multas de hasta 600 euros, incluso ser expulsados de su grupo parlamentario, si así lo decidiese el Comité Federal a instancias de la gestora o del grupo parlamentario, que en virtud de su reglamento interno puede además acordar otras sanciones suplementarias.

Aunque ha habido voces en la gestora que han defendido en los últimos días la posibilidad de otorgar a los representantes del PSC un «tratamiento singularizado» en la votación para evitar la «fractura» entre ambas organizaciones, su presidente, Javier Fernández, se mantiene inflexible.

Ni la gestora ni la dirección de grupo aceptan tampoco las «razones de conciencia» esgrimidas por el resto de los 'díscolos'.

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Una de ellas, la gallega Rocío de Frutos, ha dicho que después de comprobar este jueves, en el debate de investidura, que el PP «sigue en las suyas», mantiene su desobediencia con «más convicción que nunca».

Por su parte, la exmagistrada del Tribunal Supremo Margarita Robles sostiene que la Constitución la ampara, ya que su artículo 67.2 recoge que «los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo».

El caso de Robles, al igual que el de Zaida Cantera -en cuyas razones de conciencia pesa el «calvario» que soportó como víctima de acoso sexual en el Ejército sin que el Gobierno hiciera «nada» para evitarlo-, se diferencian de los demás en que ellas no militan en el PSOE.

En cuanto al exalcalde de San Sebastián Odón Elorza, justifica su voto en conciencia en la idea de que «en política, aunque algunos no se lo crean, existe la ética y en este país hay mucha necesidad de ética política».

Pedro Sánchez, entretanto, guarda silencio sobre sus próximos pasos: «Lo veréis», dijo ayer en el Congreso después de votar con su grupo en contra de la investidura de Rajoy, sin desvelar si el próximo sábado se abstendrá, se ausentará, romperá la disciplina de grupo o renunciará antes a su escaño.

En las últimas horas, otro grupo de parlamentarios liderados por la balear Sofía Hernanz han asegurado que van a intentar «hasta el último momento» convencer a la gestora de una abstención solo de los once diputados precisos para que salga adelanta la investidura de Rajoy sería la «mejor solución» para no ahondar en la división que vive el partido.

De no conseguirlo, al menos seis de ellos se están «planteando» también votar en contra: los baleares Sofía Hernanz y Pere Joan Pons, la extremeña Pilar Lucio y las castellanoleonesas Mar Rominguera, Luz Martínez Seijo y Esther Peña.