Los concejales del Ajuntament de Badalona atienden a los ciudadanos en el interior del recinto, tras desobedecer la resolución de un juzgado barcelonés contra su voluntad de abrir las dependencias municipales en el Día de la Hispanidad. | Efe

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El Ayuntamiento de Badalona ha desobedecido al juez que le obligaba a respetar la Fiesta Nacional española y ha abierto sus puertas, donde uno de los tenientes de alcalde, José Téllez (CUP), ha roto el auto judicial antes de que seis concejales atendieran durante la mañana a unas 200 personas.

Este ha sido el hecho más significativo de la celebración del 12 de Octubre en Cataluña, junto a la concentración de unas 5.000 personas, según la Guardia Urbana, en defensa de la unidad de España frente a la hoja de ruta independentista del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.

Además de Badalona, la tercera ciudad de Cataluña con más de 200.000 habitantes, una cuarentena de municipios, gobernados en su mayoría por la CUP o ERC, también han abierto sus puertas con el argumento de que no tienen nada que celebrar, como ha señalado en Twitter la consellera de Gobernación, Meritxell Borràs, que ha colgado una foto de una reunión de su departamento.

Si bien el gobierno municipal badalonés ha acatado las medidas judiciales en lo relativo a los funcionarios, para evitar que incurrieran en un delito, ya que ninguno de ellos ha ocupado este miércoles su puesto de trabajo, los seis ediles han atendido a los ciudadanos que se han acercado y que han podido resolver dudas pero, en ningún caso, realizar trámites.

La mañana ha transcurrido con normalidad a excepción de un par de episodios en el tramo final, cuando una mujer ha roto un documento municipal en la puerta al grito de «desobedezco al Ayuntamiento» y otro ha intentado entrar con una bandera catalana y una española.

Los hechos en Badalona han provocado duras críticas del líder del PPC y exalcalde de esa ciudad, Xavier García Albiol, que ha confiado en que haya respuesta de la justicia a la «chulería y desafío» de los ediles, cuya acción ha tildado de «jaimitada» y «disparate».

Por su parte, la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, ha lamentado que el gobierno municipal «se crea por encima de las leyes democráticas» al desobedecer la resolución judicial.

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Paralelamente, miles de personas, cinco mil según la Guardia Urbana, se han concentrado por la unidad de España en la Plaza Catalunya de Barcelona con duras críticas al proceso independentista.

Bajo el lema «España en el corazón», la manifestación organizada por Espanya i Catalans y una veintena más de entidades ha partido de Paseo de Gràcia con numerosas banderas españolas, entre ellas una de enormes dimensiones que ha sido portada por los manifestantes.

Societat Civil Catalana, que había optado por organizar su propio acto diferenciado, finalmente lo ha aplazado al domingo ante la amenaza de fuertes lluvias.

Al acto en Plaça Catalunya han asistido el líder del PPC, Xavier García Albiol, junto concejales y diputados populares, el presidente de VOX, Santiago Abascal, y la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, que se ha acercado al lugar una vez concluida la concentración a título personal.

En la lectura del manifiesto, Espanya i Catalans se exige al Govern y al Parlament que «abandonen sus políticas de confrontación» y «pongan fin a descabellado e ilegal proceso secesionista».

Convencidos de que Cataluña «seguirá formando parte de España», en los parlamentos se ha denunciado el «genocidio» contra los no independentistas y el «golpe de estado de Puigdemont con la ayuda de la pseudoizquierda xenófoba con inclinaciones totalitarias, ERC y CUP», afirmaciones que han generado cánticos de «a la cárcel» entre los asistentes a un acto que ha concluido con el himno español.

En otro punto, 150 personas, según el ayuntamiento, han marchado en la manifestación de ultraderecha organizada por Democracia Nacional, Movimiento Católico Español y Falange, que ha culminado en Montjuïc, donde se han exhibido banderas franquistas y se han quemado varias 'estelades' independentistas.

Una manifestación acompañada de un amplio despliegue policial, similar al de la marcha antifascista que ha reunido a unas 400 personas, según la Guardia Urbana, hasta llegar al monumento a Colón, donde se ha denunciado que el 12-O conmemora un «genocidio».