Pedro Sánchez durante la intervención ante los medios de este viernes por la noche.

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El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha adelantado que no seguiría al frente del partido si el Comité Federal decide abstenerse para que gobierne el PP, porque no podría administrar una decisión que no comparte.

«Si el Comité Federal decidiera -este sábado- cambiar su posición y pasar a la abstención, obviamente, yo no podría administrar una decisión que no comparto. Si algo me enseñaron mis padres es que lo único que tengo y lo único que debo preservar es mi palabra y son mis convicciones», ha asegurado.

En su primera comparecencia pública tras la dimisión de 17 miembros de la Ejecutiva Federal que ha sumido al PSOE en una crisis sin precedentes, Sánchez ha defendido la «hoja de ruta» que decidió el Comité Federal para oponerse a una investidura del líder del PP, Mariano Rajoy.

Ha asegurado que «nunca» ha «creído» que los compañeros que han defendido que el PSOE facilite la gobernabilidad estén «más cerca de la derecha», pero ha advertido de las «consecuencias» que tendría una abstención, y el error que supondría para millones de votantes de socialistas.

«La abstención abriría la legislatura del chantaje y el PSOE no podría bloquear los presupuestos del estado o las leyes más importantes que presentara el Gobierno de Rajoy», ha añadido Sánchez en una comparecencia ante los medios en la sede de Ferraz.

Sánchez ha anunciado que pedirá que el Comité Federal decida si crea una gestora que se incline por una abstención al PP o mantiene su propuesta de que haya un congreso ya, de que se reafirme el no a Rajoy y de que se intente formar un gobierno alternativo «de cambio y transversal».

Ha pedido «altura de miras y serenidad» para que la reunión del máximo órgano del partido «no sea un debate interminable sobre reglamentos», sino que lo que decida «sin más dilación» es que rumbo adopta el partido.

Según Sánchez, la reunión de este sábado supone «un debate decisivo», por lo que no puede ser una discusión reglamentaria, sino política.

«Ésta y no otra es la cuestión de fondo. Éste es el auténtico debate y espero que podamos entre todos aclararlo», ha confiado.

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El orden del día del Comité Federal extraordinario tiene dos puntos: dar cuenta de las 17 dimisiones en la Ejecutiva Federal y debatir la propuesta de Sánchez de que haya primarias en octubre y un congreso en noviembre para designar a la nueva dirección.

Ferraz ha precisado que aunque Sánchez ha reclamado concretar si el PSOE se tiene que abstener o no ante Rajoy, no supone alterar el orden del día de la reunión, sino «centrar el debate», han informado fuentes de la dirección en funciones.

La postura de Sánchez contrasta con la de los críticos, que quieren que el Comité Federal debata el nombramiento de una gestora que tome las riendas del partido al considerar que la Ejecutiva está disuelta y Sánchez ya no es secretario general.

Los detractores también quieren que se apruebe la convocatoria de un congreso extraordinario, pero no ya, sino después de que se forme gobierno.

Sánchez ha subrayado que parece «razonable» que el congreso se celebre cuanto antes para que las bases elijan al nuevo líder, al igual que ocurrió en julio de 2014 cuando fue elegido secretario general.

«Esa puerta abierta a una mayor democracia no puede cerrarse, no debe cerrarse. Debe permanecer abierta y voy a defender que la puerta al voto de la militancia permanezca abierta para nunca más cerrarse», ha prometido en su declaración leída ante los medios, tras la que no ha admitido preguntas.

Por ello, ha reivindicado que el PSOE tenga como «única voz» la de los militantes, porque considera que son «la base de la organización», un «ejemplo» para todos los dirigentes socialistas y porque, «sin ellos», ha sostenido, «no existiría el PSOE».

Sánchez, que ha comenzado este viernes su intervención con muestras de agradecimiento a los «múltiples» mensajes de apoyo que ha recibido, y ha proclamado que una de sus funciones como líder socialista es «reivindicar el debate».

«En una organización de izquierdas el debate es sano, nunca es fractura», ha destacado para, acto seguido, abogar por debatir «hasta la extenuación.

En este sentido, Sánchez ha urgido a «resolver el debate» y ha apostado por, tras el mismo, empujar un PSOE en el que vayan «todos a una», pero en un único camino que sea marcado a través de las decisiones y voz de los militantes.