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El expresidente de la Generalitat y presidente de CDC, Artur Mas, ha señalado que su «deseo íntimo» es que no debe volver a ser «candidato a la presidencia de la Generalitat autonómica» y que le gustaría que fuera el actual president Carles Puigdemont quien optara, lo que «depende de él, no de mí».

En una entrevista al diario Ara, el líder de Convergència reflexiona sobre el actual momento, después de abandonar la Generalitat, tras cinco años, y considera que el modelo al que debe ir ahora su formación es a que haya «una separación clara entre la presidencia del partido y la candidatura a la presidencia del país».

Entiende el dirigente soberanista que en este momento debe estar en el partido, porque «en el Govern ya he estado y no debo volver a ser el candidato a la presidencia de una Generalitat autonómica, porque querría decir que ha fracasado todo el proceso por el que yo lo he sacrificado prácticamente todo, incluso mi presidencia».

Volver a eso, prosigue, «no es mi sueño ni mi modelo. Ahora, como no sabemos como acabará todo esto -ha añadido- estoy aquí para lo que haga falta. Pero mi deseo íntimo es que yo no he de volver a ser candidato a la presidencia de la Generalitat autonómica».

Asimismo, cree que «en algún sentido» se ha convertido en un rebelde.

«Esto mío -asevera- es una rebeldía pacífica, pero es rebeldía. Tanto que me habían etiquetado de persona de orden, y resulta que he intentado ayudar a romper este statu quo. Y, por descontado, el 'establishment' no me ha hecho caricias. Ni una. En Cataluña hay gente que se siente incómoda con lo que he hecho y lo combate, pero no hay un ataque visceral. Ahora, en el Estado español, sí, van a destruir».

Por otra parte, avanza que está haciendo representación exterior de Cataluña y que ya tiene programada alguna salida al extranjero.

Ha apuntado que el «Estado español está genéticamente incapacitado para entender y respetar Cataluña, a menos que Cataluña se someta», y respecto al presidente Mariano Rajoy ha indicado que debería «hacer un paso al lado», aunque hay que «darle un tiempo».

A la pregunta de qué es lo más grande que se ha llevado de sus años de presidencia, no duda en afirmar: «El 9-N y el 27-S. Desde un punto de vista de aspiración de libertad, es lo más grande que ha hecho este país durante siglos».